Las fachadas del Institut Verdaguer lucen restauradas

Termina la restauración de las fachadas del Institut Verdaguer en la Ciutadella



En 2017 el Ayuntamiento promovió un Plan Director para gestionar el proceso de restauración del edificio que ha permitido mejorar las prestaciones de confort que precisa el uso, mantener los valores documentales de todas sus etapas históricas y convertirlos en un elemento activo de aprendizaje por la comunidad.

El Plan Director propone recuperar la imagen que el edificio tuvo durante la etapa en la que se convirtió en Palau Reial en 1888, momento en el que formó parte de un conjunto paisajístico que en el contexto del Parque de la Ciutadella también perdura.

Las actuaciones

Una vez realizado el Plan Director, se han ido siguiendo las actuaciones previstas. De esta forma se han restaurado progresivamente las carpinterías exteriores, las cubiertas y las azoteas. También se ha realizado un proyecto de restauración de los pavimentos y artesonados de madera. Las actuaciones en el curso 2022-23 con las obras de restauración de todas las fachadas que han devuelto finalmente el edificio al conjunto paisajístico del parque. En 2024 se inicia una nueva fase, la de la restauración de los artesonados.

Un edificio con mucha historia

El Instituto Verdaguer del Parque de la Ciutadella se encuentra en un edificio de gran interés histórico, clasificado como Bien de Interés Nacional, que ha vivido diversas etapas históricas.

El primer uso del edificio y el motivo por el que se construye es el de Palacio del Gobernador militar de la Ciutadella. El proyecto lo realiza el ingeniero general belga Jorge Prosper de Verboom, también autor del proyecto de la Ciudadela militar y dirige sus obras, entre 1718 y 1727 el ingeniero militar Alejandro de la Rez. En ese momento el edificio, aunque austero, recuerda al clasicismo de los modelos militares flamencos del siglo XVII y es el primero de la ciudad que tiene mansardas. Su planta rectangular estaba dividida en dos partes, la anterior como residencia y la posterior como patio de carruajes, y formaba parte del conjunto de la plaza de armas de la Ciutadella militar, acompañada de la iglesia y del arsenal de armas -actual Parlamento-.

A finales del siglo XIX, y una vez acordado el derribo de la Ciudadela borbónica, el arquitecto Josep Fontserè i Mestre realiza un proyecto para construir un parque. En este contexto el edificio del antiguo Palacio del Gobernador debía ser derribado.

Pero en 1888 la ciudad se prepara para acoger la exposición Universal en el ámbito del antiguo Baluarte y este hecho comporta que algunos de los edificios que debían derribarse se mantuvieran. Éste es el caso del Palacio del Gobernador, que se destinará a ser el Pabellón Real del recinto. El edificio debía servir para alojar a los miembros de la familia real española ya los monarcas que visitaran la exposición, por lo que la intervención iba destinada a ennoblecer los espacios interiores del palacio ya proporcionarle suntuosidad decorativa a las fachadas.

El arquitecto August Font se encarga de la transformación que debe llevarse a cabo en sólo 6 meses. Más allá de la mejora de los acabados interiores con techos de artesonados de madera y pavimentos de marquetería, en las fachadas se realizaron estucos de tipo pompeyano sobre un fondo rojizo y se colocaron persianas de libreto pintadas de blanco en las ventanas. También en esa época se coloca en la fachada principal el escudo de piedra que según la prensa del momento procedía de una de las puertas de la Ciutadella militar.

Por otra parte, mientras la Exposición Universal estaba en funcionamiento un destacamento de bomberos se instaló en la parte trasera del edificio, convirtiéndola en garaje para sus vehículos. Este uso convivió bajo numerosos conflictos con el de las oficinas de la Junta de Museos de Barcelona.

Los bomberos ocuparon el edificio hasta el año 1927 y en este período de tiempo eliminaron los estucos y los esgrafiados que se habían realizado en el Palacio Real y que lo convertían en parte de un conjunto paisajístico con los edificios del iglesia y el antiguo arsenal de armas.

Con la proclamación de la segunda República española el 14 de abril de 1931 se iniciará un cambio decisivo en cuanto al uso que tuvo, y todavía tiene, el edificio. Así, dentro de los planes de renovación de la enseñanza que impulsó la Generalitat estaba la creación de los llamados Instituts-Escola. Esta experiencia pedagógica ocupó el edificio hasta 1938, momento en el que la Guerra Civil ocasionó su traslado.

Durante la dictadura de Franco el instituto se convirtió en el Instituto de bachillerato femenino Jacint Verdaguer, por lo que muchas generaciones de mujeres de la posguerra mantienen un recuerdo. La democracia devolvió la coeducación al Instituto, hecho que se había convertido en innovador en el Instituto escuela de la República y recibió el nombre de Instituto Verdaguer que mantiene hasta la actualidad.