Cambio de hora 2023: ¿hay que adelantar o retrasar el reloj?

Cambio de hora 2024: ¿hay que adelantar o retrasar el reloj?

Este domingo llega el cambio de hora y con él damos la bienvenida al horario típico de la época estival. Los relojes se adelantarán una hora la madrugada de sábado a domingo, período en el que a las 2:00 serán las 3:00. Por tanto, y como manda la tradición, esa noche dormiremos una hora menos.

La modificación horaria de verano se aplica a toda la Unión Europea y el objetivo no es otro que aprovechar mejor laboralmente los ratos en los que hace sol. A partir del domingo y hasta el otoño las tardes serán más largas.

Además, según los expertos que se han mostrado públicamente a favor del cambio de hora, se ahorra energía y dinero. Y es que dado que se aprovechan más los ratos de sol, no se gasta energía eléctrica. El cálculo que han realizado desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) es de unos seis euros al año aproximadamente de ahorro.

Visto así puede parecer que no es un motivo de peso para posicionarse a favor de la medida, pero si se multiplica esta cifra por el número de hogares que hay en el Estado, 24 millones, el número de ahorro rápidamente escala de seis a 144 millones de euros.

No será el último cambio de hora

Y aunque la UE se había fijado como objetivo que en el 2019 ya no cambiáramos la hora, éste no será, ni de lejos, la última modificación que haremos. Entonces, el plan era demasiado ambicioso y el Parlamento Europeo acabó aplazando la medida hasta el 2021 y después hasta el 2026, donde ahora están fijadas las negociaciones entre los distintos países miembros.

La historia del cambio de hora es curiosa. Se remonta a los años 70 del pasado siglo. Con la primera crisis del petróleo emergieron algunos territorios que decidieron adoptar el cambio de hora para, como decíamos, aprovechar más el sol durante la actividad diaria y consumir menos electricidad.

En el Estado, la modificación no se consumó hasta 1974. Seis años más tarde, en 1980, la Comunidad Económica Europea (de la que, entonces, España no formaba parte) publicó la primera regulación sobre el tema para poner orden entre los distintos países.