14 detenidos que utilizaban explosivos para volar cajeros automáticos

Dos bandas desarticuladas que usaban explosivos para robar los cajeros automáticos

Agentes de Mossos d’Esquadra, Guardia Civil y Policía Nacional, como resultado de una investigación conjunta, desmantelan dos grupos criminales especializados en robos con el uso de explosivos en cajeros de sucursales bancarias, que compartían conocimiento y metodología en su utilización de estos artefactos. Se les atribuyen quince hechos delictivos en menos de un año en los que obtuvieron un botín de más de 600.000 euros.

La coordinación permanente entre Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional y la inteligencia policial en este ámbito ha permitido desarticular a las dos baterías que compartían conocimiento, metodología y fabricante de explosivos y que actuaban simultáneamente.

Los investigadores han detenido a catorce miembros de ambos grupos, que estaban asentados en la Comunidad de Madrid y actuaban de forma itinerante en las demarcaciones de Barcelona, ​​Málaga y Madrid.

Los detenidos pasaron a disposición de los dos juzgados que tutelaban las investigaciones, cuatro de los cuales entraron en prisión provisional el pasado 26 de abril.

Dos investigaciones que convergen en un operativo conjunto y coordinado

El 24 de abril se llevó a cabo un dispositivo de explotación conjunta de los tres cuerpos policiales en el que se realizaron 23 entradas y pesquisas en domicilios de las localidades de Madrid Toledo, Leganés, Málaga, Navalcarnero y Santo Domingo de Caudilla (Toledo).


Revientan dos cajeros automáticos con explosivos en una noche

Revientan dos cajeros automáticos con explosivos en una noche

 


En las entradas se intervino pólvora y material pirotécnico para fabricar explosivos, cerca de 42.000 euros en metálico, de los que 6.000 estaban coloreados con tinta de seguridad (se trata de un sistema de seguridad que tienen algunos cajeros automáticos y según que ante una intrusión en un cajero mediante explosivo o con un objeto contundente, se dispara, mancha los billetes y los deja inservibles).

También se intervinieron siete vehículos de alta gama, varias llaves falsas, herramientas y artilugios especializados en la sustracción de vehículos, tres armas de fuego (una de ellas detonadora), cuatro carabinas de aire comprimido, una de airsoft , identificaciones policiales falsos, chalecos antibala, bastones policiales y bridas de detención.

14 detenidos que utilizaban explosivos para volar cajeros automáticos

En el marco del operativo también se desmanteló una plantación de marihuana.

Como resultado de la investigación, se detuvieron a catorce miembros de los grupos investigados. Los investigadores les atribuyen quince hechos delictivos entre robos con fuerza con el uso de explosivos, robos violentos (uno de ellos en grado de tentativa donde simulaban ser agentes de policía y que tenían a empresarios como víctimas).

Ambas investigaciones las han tutelado dos juzgados distintos: por un lado, el equipo conjunto de Mossos y Guardia Civil ha llevado a cabo la investigación bajo la tutela del Juzgado de Instrucción núm. 23 de Barcelona y, por otra, la Policía Nacional lo ha hecho a las órdenes del Juzgado de Instrucción 5 de Málaga.

La coordinación de los tres cuerpos policiales permitió la identificación de miembros coincidentes en ambos grupos, momento en el que se estableció una estrategia conjunta de actuación.

El modus operandi Pizza Slice

Consiste en el acceso a la ranura por la que salen los billetes para ensancharla con algún objeto contundente e introducir un receptáculo metálico lleno de explosivo detonador que genera una deflagración a partir de un impulso eléctrico. Esta modalidad es altamente peligrosa, ya que se realiza en cajeros ubicados en zonas urbanas.

En el caso de los cuatro cajeros ubicados en Cataluña todos estaban situados en edificios de núcleos urbanos poblados, por los que habitualmente transitan personas y vehículos que podrían haberse visto afectadas por las explosiones que provocaban los investigados.

Los investigados hicieron evolucionar su técnica con la incorporación de medios y equipamientos especiales. También extremaban las medidas de seguridad antes, durante y después de la ejecución de los robos. Utilizaban vehículos de gran potencia que habían sustraído previamente y que incendiaban una vez realizado el robo.

Elementos comunes del entramado criminal

Los investigadores identificaron y relacionaron a uno de los miembros con participación en los dos grupos investigados. Según los indicios policiales, era el nexo que compartía la metodología y el modus operandi en los robos. En el transcurso de la investigación los investigadores pudieron comprobar cómo algunos investigados podían intercambiarse de grupo para cometer hechos delictivos.

Había otro individuo también relacionado con ambos grupos y con domicilio en el barrio de San Fermín de Madrid, que fabricaba los artefactos explosivos por ambos grupos. Elaboraba pequeños explosivos en cápsulas con forma de petaca que cargaba con pólvora negra procedente de petardos y otros artefactos pirotécnicos.

La peligrosidad de los artefactos derivaba en un elevado grado de riesgo para la vida de los usuarios, de los policías o incluso de los propios investigados, en una eventual mala manipulación de los artefactos.

Robos haciéndose pasar por policías

El primero de los robos tuvo lugar a principios de marzo en el municipio de Vélez-Málaga, en el domicilio de la víctima. Los investigados, que se desplazaban con vehículos sustraídos, se hicieron pasar por policías: llevaban chalecos, credenciales y supuestas armas de fuego. Abordaron a la víctima y la hicieron entrar por la fuerza en el domicilio. Una vez en su interior la amordazaron, golpearon y le sustrajeron 1.270 euros en metálico.

A mediados de abril los arrestados, que disponían de informaciones privilegiadas de la víctima, le asaltaron en un polígono industrial de Málaga mientras conducía un vehículo. En ese momento llevaba 30.000 euros en efectivo. Como en lo anterior los ladrones utilizaron vehículos sustraídos con matrícula doblada.

Los robos se diseñaban en tres fases: la selección de objetivos, consistente en la obtención de información a través de terceros sobre la capacidad económica de las víctimas. La Fase de preparación del robo, en la que les realizaban seguimientos y establecían rutinas. Y la tercera que era la propia de la consumación del robo.