Salen a subasta los locales de El Front Marítim de Barcelona

Salen a subasta los locales de El Front Marítim de Barcelona

Los 26 espacios de El Front Marítim de Barcelona que son de propiedad estatal y que estuvieron concesionados al Ayuntamiento durante 30 años para que relanzara la zona coincidiendo con los Juegos del 92, salen a subasta.

El paquete que sale a la venta incluye espacios como el McDonalds y la gasolinera de la ronda Litoral.

Además, los locales pertenecientes a La Vila Olímpica del Poblenou, como son las discotecas Pachá o Catwalk, el Casino de Barcelona o las galerías comerciales y el aparcamiento que quedan debajo y justo delante del Hotel Arts.

En total, los lotes tienen un precio de salida de 68,3 millones de euros

Los veciones aseguran que tienen constancia de que los propietarios del Hotel Arts -los fondos ABP y GIC y el grupo Host- pueden tener interés en pujar por todos los espacios próximos al establecimiento.

Los actuales inquilinos de cada uno de los espacios tendrán derecho preferente a la hora de adquirirlos. Y la posibilidad de que los propietarios del Arts -o cualquier otro privado «con suficiente músculo» – quieran adquirir locales también ha puesto en guardia a los empresarios del Front Marítim.

David López, presidente de la asociación de los locales, defiende la continuidad de los actuales bares y discotecas en este emplazamiento, que considera idóneo para «minimizar el impacto» sobre la mayoría de vecinos, ya que remarca que sólo tienen un bloque cerca, el de la calle Trelawny.

Imposible el cierre

El equipo de Colau lamenta la decisión del Gobierno de vender los espacios, pero niega categóricamente que tuviera ninguna opción de evitar la subasta.

«No tiene sentido vender patrimonio público si no es para comprar otro. Y este no es el caso», defiende el concejal de Presidencia, Jordi Martí, que remarca que la concesión se terminó y que el Estado asegura que tiene derecho a recuperar aquellos espacios de las antiguas zonas marítimo-terrestres donde se desarrolla actividad económica.

Martí argumenta que si hubieran puesto en marcha la vía judicial contra el proceso todo se habría retrasado, y que han intentado cerrar el mejor acuerdo para la ciudad. Un acuerdo que, asegura, se debe concretar en dos ramas.

De entrada, la que ya comenzó a avalar el Estado cuando no incluyó en el paquete de la subasta las cinco discotecas o bares que quedan más cerca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) -Opium, Shoko, Carpe Diem, Aqua y Ice Bar- con la idea de permitir una futura ampliación de este espacio.

Estos locales gozan ahora de un contrato de alquiler de cinco años -que en el caso de Opium queda reducido a dos prorrogables- para que estén disponibles cuando haya proyecto.

Tampoco entraron en la venta los cinco chiringuitos que quedan más hacia el Besòs, como el Escribà o la cigala. Según Martí, tienen una arquitectura «demasiado efímera» para comprometer su futuro, para que algún día la ciudad puede quererlos mover.

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