La Superilla del Eixample, 'imparable', a pesar de la negativa de Foment

La Superilla del Eixample, ‘imparable’, a pesar de la negativa de Foment

La futura Superilla del Eixample es imparable. «Es un modelo imparable que va adelante», ha asegurado la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz.

El Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado la petición de Foment del Treball de «paralizarla». La patronal dijo que consideraba el proyecto «gravemente perjudicial» e instaba al consistorio a abrir un «diálogo constructivo».

Pero tal como han indicado todas las encuestas realizadas, el proyecto de la Superilla del Eixample revitalizará el tejido comercial de la zona y además, cuenta con el apoyo del vecindario -un 75%- y de todos los agentes.

La visión del modelo supermanzana del consistorio es totalmente opuesta a la de Foment del Treball. La teniente de alcalde ha defendido que implica «más calidad laboral, más puestos de trabajo y que la gente viva mejor, en términos generales». Y ha puesto de ejemplo algunas grandes ciudades del mundo donde también están optando por este nuevo modelo de ciudad con menos coches y más espacio para los vecinos, como Londres, París o Nueva York.

«Este es el modelo para garantizar que la gente pueda y quiera vivir en Bracelona en el presente, y en el futuro».

Foment del Treball en contra del 75% de los ciudadanos

La transformación de las calles del Consell de Cent, Rocafort, Conde Borrell y Girona en un eje verde —que está previsto que empiece esta primavera— no convence a Foment del Treball que, con un informe del RACC en la mano, avisa de que generará colas kilométricas.

«Agrade o no a la patronal, una mayoría de peatones, ciclistas, o simplemente habitantes aplaude con entusiasmo que se vaya apartando el coche contaminante, ruidoso y peligroso de las calles, y se empiece a priorizar por fin la vida sostenible y sana por encima de los intereses de cualquier industria, ha indicado el periodista Ernest Folch en un artículo en El Periódico.

No es normal que Fomento utilice un tono radical y catastrofista, impropio de gente que se autodenomina de orden. No es normal que ignore la realidad obviando deliberadamente que, en el último barómetro de la ciudad, un espectacular 75% de los barceloneses encuestados se mostraban a favor de reducir el tráfico motorizado, como tampoco es normal omitir que un reciente informe de la ONU puso las superillas como un «ejemplo» de cara al mundo contra el cambio climático».

La Superilla del Eixample, ‘imparable’, a pesar de la negativa de Foment