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‘La Directa’ destapa el caso de un segundo policía infiltrado

Un agente de la Policía Nacional se habría infiltrado en movimientos sociales de Barcelona para espiarlos desde dentro. Lo habría hecho, entre otros métodos, manteniendo relaciones sexuales y sentimentales con algunas jóvenes activistas, según ha publicado este lunes La Directa.

Se trata de un mallorquín llamado Daniel Hernández Pons, con los apellidos casi idénticos a los de otro policía infiltrado en movimientos independentistas catalanes y destapado el pasado junio por el mismo medio de comunicación. El hombre ingresó en la academia de policía de Ávila en septiembre del 2017 y se convirtió en funcionario policial en junio del 2019.

En mayo del 2020, justo terminado el confinamiento por la Covid, se instaló en un piso cerca de la Meridiana y en junio ya asistió por primera vez al gimnasio del centro social La Cinétika, en el barrio de Sant Andreu. Desde entonces empezó una adaptación a la estética anarquista como pendientes, tatuajes y peinado, además de camisetas antifascistas y contra la policía.

En diciembre había iniciado una primera relación de pareja con una activista. De hecho, habría llegado a intimar con ocho mujeres de ese entorno, con dos de las cuales tuvo relación de pareja.

En febrero de 2021 participó activamente en las manifestaciones contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel y en abril formó parte de la resistencia activa contra un desahucio en el barrio. Recibió una sanción de 600 euros por la ‘ley mordaza’, multa que no recurrió y que aseguró que no había pagado.

Cuando en junio pasado se destapó la infiltración de otro policía en entidades independentistas, el hombre empezó a rebajar su implicación y empezó a ausentarse de Barcelona por trabajo o viajes.

El caso del primer policía infiltrado

En junio del 2022, La Directa ya destapó que un policía nacional había sido infiltrado en los últimos dos años en movimientos sociales y de la izquierda independentista, como el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC), el Casal Popular Lina Òdena y Resistim en el Gòtic. El agente obtuvo una identidad falsa, la de Marc Hernàndez Pon, a finales del 2019, y en junio del 2020 empezó a participar en protestas de los colectivos, de los que ha formado parte hasta mayo pasado.

Unos meses antes de empezar a participar en acciones de los colectivos por el derecho a la vivienda y de la izquierda independentista lo que sería agente del CNP había creado una identidad digital a través de cuentas en las redes sociales. Durante dos años estuvo participando en asambleas y protestas y en mayo formó parte de la acción de presentación del colectivo Batec, que promueve no pagar a Rodalies para denunciar el déficit del servicio.

Iridia reclama una «profunda investigación»

El centro para la defensa de los derechos humanos Irídia cree que la información pone en evidencia al Ministerio del Interior, después de que en verano afirmara que la infiltración de policías en movimientos sociales catalanes ya había terminado. Este caso supone una gran vulneración de derechos humanos», afirma la entidad, en concreto, contra la integridad moral y autonomía sexual de las mujeres afectadas y respecto a la libertad de asociación y reunión. Por eso pide, una «profunda investigación para depurar responsabilidades».

Por su parte, el diputado de la CUP en el Parlament Xavier Pellicer criticó que «en España no hay ningún límite contra el enemigo interno». Pellicer ha pedido al Departamento de Interior que aclare si tenía conocimiento de la infiltración, puesto que fue identificado por los Mossos d’Esquadra en un desahucio.

El director general de los Mossos, Pere Ferrer, ha dicho que corresponde a la Policía Nacional dar explicaciones sobre el caso, y que cada cuerpo policial trabaja como lo considera oportuno.