El Ayuntamiento mantendrá el pedestal de Antonio López en la plaza Idrissa Diallo

El Ayuntamiento mantendrá el pedestal del esclavista Antonio López, tras la reforma de Via Laietana

El 4 de marzo de 2018 fue un día histórico en Barcelona. El Gobierno Municipal de Ada Colau, retiró la estatua del esclavista Antonio López de la plaza que llevaba su nombre, la plaza de Correos en Vía Laietana.

Al cabo de tres años, el 27 de junio de 2021, la ponencia del nomenclátor informó de cambiar el nombre a la plaza por el de Idrissa Diallo, propuesta también aprobada en 2022.

Desde la retirada de la estatua, el pedestal ha seguido ahí, mientras las entidades vecinales han seguido reclamando su retirada. El consistorio se comprometió a hacerlo aprovechando la reforma de la Via Laietana y los planos del proyecto ya mostraban una nueva urbanización sin el pedestal.

Ahora, en el Consejo de Barrio del Gòtic celebrado esta misma semana, el concejal Albert Batlle ha dejado claro que esta idea ya no está sobre la mesa. «Se ha redefinido la plaza para conservar el pedestal que antes sostenía el monumento a Antonio López», ha dicho Batlle.

Fuentes municipales exponen que el pedestal cuenta con una protección patrimonial de nivel B y que está catalogada como Bien Cultural de Interés Local por sus valores artísticos y patrimoniales. Por este motivo, «debe ser instalada en un espacio público en buen estado». Ahora bien, esta catalogación ya existía antes de anunciar políticamente que se quitaría, aún durante el mandato compartido entre comunes y socialistas.

Desde el Consistorio matizan que no se había buscado un sitio para su reubicación y debido a tener que cumplir con el calendario de las obras de la Via Laietana, el pedestal se mantendrá ahí hasta encontrar una ubicación definitiva.

Así, hasta nueva orden, el recuerdo parcial al esclavista Antonio López se quedará sine die en la plaza ya reformada . Mientras, se mantienen vigentes las reclamaciones de más de una veintena de colectivos que en el 2022 ya lamentaron que aún quedara en la plaza la simbología que había homenajeado anteriormente al primer marqués de Comillas, quien se enriqueció negociando con vidas humanas en el siglo XIX hasta obtener el reconocimiento de la realeza española.

En un comunicado firmado por diversas entidades como SOS Racismo o Tanquem els CIE, se criticaba que se mantenga una base del monumento que todavía mantiene escrituras que alaban la figura de López. «España ha perdido a uno de los hombres que mayores servicios le ha prestado», dice un mensaje esculpido en piedra.

«La peana enaltece las actividades de despojo de recursos y humanidad en las colonias y supone mantener, no sólo el nombre del esclavista, sino las ‘virtudes’ que le hacen merecedor de su puesto de privilegio».