El Ayuntamiento rehabilitará la Torre Garcini para ubicar un casal de personas mayores para el barrio del Guinardó
El Ayuntamiento de Barcelona rehabilitará la masía histórica de Can Garcini, situada en la calle Xiprer 40 y conocida porque es una de las masías que mejor se conservan del distrito de Horta-Guinardó, para ubicar un casal de personas mayores en el barrio del Guinardó.
Además de restaurar y preservar la masía original del siglo XVIII, uno de los vestigios mejor conservados del pasado agrícola de la ciudad de Barcelona, el proyecto de la Torre Garcini, que así se conoce en el barrio, incluye la construcción de un edificio anexo que funcionará como espacio polivalente. Y por último, la intervención también afectará a los jardines de la finca, que se recuperarán y habilitarán para convertirse en un nuevo espacio público y ajardinado del distrito de Horta-Guinardó. Esta actuación, largamente reivindicada por el vecindario, supondrá una inversión de 4 millones de euros.
En cuanto al calendario, el Ayuntamiento inicia ahora la tramitación para licitar la obra, un procedimiento que se prevé que se alargará hasta mayo de 2025. Así pues, en verano de 2025 empezarán los trabajos en la masía, con una duración estimada de unos 19 meses. Por tanto, el final de la ejecución de la obra se situaría hacia el primer trimestre de 2027.
La Torre Garcini es una finca de titularidad municipal declarada Bien de Interés Documental que tiene aproximadamente una superficie total de 1.570 m², en todo su conjunto. El edificio principal en el que se proyecta el equipamiento para personas mayores, la antigua masía, tiene planta baja más dos plantas y una superficie construida de 667 m².
El proyecto que se desarrollará en este edificio contempla recuperar la estructura original de la antigua masía, descartando algunas piezas y construcciones añadidas, para poner en valor los elementos constructivos originales. Aunque el proyecto consiste principalmente en habilitar un nuevo equipamiento para el barrio, también tiene como objetivo la recuperación de la memoria histórica de este edificio singular.
Así pues, uno de los aspectos destacados será la preservación de elementos característicos de esta casa, como las tejas de cerámica en cuanto a cubierta, que deberá ser totalmente sustituida pero recuperando y aprovechando las tejas originales; o las baldosas hidráulicas de los pavimentos que se reciclarán y reubicarán en la planta primera; así como el horno, la chimenea o el pozo, que serán restaurados. El objetivo, en definitiva, será conservar el máximo de elementos patrimoniales.
El resultado de la obra en lo que se refiere a la masía, será un nuevo equipamiento destinado a casal de personas mayores de 557 m² de superficie entre la planta baja, la planta primera y la planta segunda. Un equipamiento que dispondrá de espacios como aula informática, taller de cocina, sala de juegos, sala de lectura, galería exterior, entre otros aposentos para actividades diversas.
Complementará la dotación de espacios de este nuevo equipamiento del barrio del Guinardó un edificio anejo de nueva construcción de planta baja más un piso que alojará dos salas polivalentes. Este nuevo edificio, de 193 m² de superficie y situado frente al pasaje Garcini, dispondrá de una gran sala de doble altura en la planta baja, que funcionará como sala de actos abierta a los jardines, y otro espacio polivalente de cariz más privado en la planta primera.
Finalmente el proyecto también abordará la integración de los jardines que rodean la Torre Garcini en el barrio y en todo este entorno. La intervención prevista busca que estos jardines se conviertan en un espacio abierto a todo el mundo, un ecosistema urbano como espacio de estancia y con una función de conector social y urbano.
La actuación, que se hará conservando al máximo el arbolado existente, contempla definir los jardines con diferentes zonas, cada una de ellas con un ambiente característico, facilitando así diferentes usos. Una de estas zonas será la plaza de l’Era, definida como el espacio central de los jardines en relación al pasaje Garcini. Otra zona será el taller floral, un complemento del programa del casal de personas mayores. La tercera zona será definida por un jardín de sombra, como nuevo ecosistema urbano. Y por último, el espacio de la balsa y los frutales como punto de acceso desde la calle Xiprer y como inicio del espacio de interpretación de los jardines.
Estos jardines, por otra parte, se han pensado desde una perspectiva de género, evitando zonas oscuras, callejones sin salida y rincones. También se plantean recorridos accesibles y se promueve la biodiversidad potenciando especies vegetales adaptadas a los pequeños microclimas que mantendrán el espíritu de un espacio doméstico propio de una masía tradicional. Finalmente se desarrollarán huertos florales en ligeras rampas construidas con la tierra y el material propios del sitio.
El conjunto formado por la masía de Can Garcini y los jardines y edificios que la rodean datan de la segunda mitad del siglo XVIII. Están clasificados en un estilo de arquitectura popular con un uso original residencial y agrícola. Si bien su catalogación es Bien de Interés Documental, se considera una pieza muy importante y valorada en el barrio y en la ciudad de Barcelona por su interés histórico y arquitectónico.
Su valor radica sobre todo en que se trata de un testimonio bastante bien conservado de los orígenes rurales del plan de Barcelona, que muestra la importancia de un pasado campesino. Can Garcini es de hecho un claro ejemplo de las masías características del Guinardó, donde se ve la relación entre el edificio de explotación y la residencia señorial. Incluso los jardines – testigo de los antiguos campos de cultivo- han sido productivos hasta hace relativamente poco, con el cultivo de flores que se vendían en las Ramblas, y con los huertos.
La masía principal tiene planta rectangular y planta baja más dos pisos, con una torre y un pozo. También han quedado como vestigios de su origen una balsa, los márgenes y la era.
Estuvo habitada hasta el año 2010. Posteriormente estuvo a punto de ser derribada por su propiedad, pero el 31 de diciembre de 2015 la licencia de derribo se anuló. Había surgido una movilización popular para evitar ese derribo. Los trámites para revertirlo condujeron a un proceso de expropiación forzosa que se inició en 2017, hasta que la Torre Garcini se convirtió en el bien de dominio público que es en la actualidad.