Barcelona prohíbe la apertura de nuevos supermercados fantasma

Barcelona prohíbe la apertura de nuevos supermercados fantasma

Barcelona impulsa una regulación innovadora de las cocinas y supermercados fantasma y las actividades vinculadas a la entrega de pedidos a domicilio. La Comisión de Gobierno ha aprobado inicialmente un Plan especial de usos de actividades vinculadas al reparto a domicilio que pone orden en el auge que han vivido estos negocios en los últimos meses para proteger el modelo comercial de proximidad y tiendas de barrio y la vida cotidiana de los vecinos y vecinas.

Los puntos destacados de la propuesta son la prohibición de los supermercados fantasma en toda la ciudad y la limitación de las macrococinas en las zonas industriales con condiciones muy restrictivas.

Principalmente son las conocidas como cocinas fantasma o macrococinas, que agrupan diversas cocinas industriales en espacios normalmente grandes y opacos sólo dedicados a realizar pedidos para repartir que crean problemas de olores y ruidos; y los black stores o supermercados fantasma, que son almacenes de alimentos en los que se preparan las compras online para entregarlas a domicilio.

Para ello, el plan ordena tres tipos de actividades principales: las cocinas industriales, los supermercados fantasma y almacenes fantasma, y los establecimientos de platos preparados, ya regulados hasta ahora.

Los supermercados fantasma no se admiten en toda la ciudad, y las cocinas fantasma sólo se aceptan en suelos industriales en calles de más de 25 metros de ancho y separadas por un radio de 400 metros de distancia respecto a otros establecimientos del mismo tipo. Tampoco se podrán implantar nuevos almacenes temporales de mercancías no peligrosas abiertos al público, que suelen ser espacios con taquillas donde dejar equipajes, bolsas, maletas o similares y suelen tener usos turísticos.

Para los establecimientos de platos preparados, se fijan una serie de parámetros para asegurar un crecimiento controlado. Van ligados a la superficie del local, la densidad de actividades en uno mismo ámbito y el tipo de suelo y el ancho de calle donde se pueden ubicar.

Así, se limita el número de nuevos locales de platos preparados en un establecimiento dentro de un radio de 100 metros, y además, los de más de 100 m² no podrán estar en calles de menos de 7 metros de ancho ni superar los 300 m².

Esto será de aplicación también en los restaurantes, en función del tamaño y ubicación. Por tanto, determinados restaurantes que han podido repartir comidas a domicilio durante la pandemia de forma extraordinaria tendrán que disponer de un permiso específico para esta actividad complementaria, y tendrán que solicitarla durante los dos años siguientes a la entrada en vigor del plano.

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