Juicio a cinco guardias civiles por colaborar en asaltos a coches en la AP-7
Esta semana ha comenzado el juicio en la Audiencia Provincial de Barcelona contra cinco agentes de la Guardia Civil, acusados de colaborar con una banda que asaltaba vehículos en la AP-7 y en otros lugares del Área Metropolitana de Barcelona.
Uno de los casos que se recuerda es cuando un hombre se encontraba en un túnel de lavado de Badalona para limpiar el coche y al terminar y dar marcha atrás, notó como alguien golpeaba la parte trasera al grito de: ¡Mis niños, mis niños!. Al bajar a comprobar, Bernardino O., alias ‘Kike, el gordo’, aprovechó para robar el vehículo, que tenía las llaves puestas. Con ese mismo coche, la organización que lideraba ‘el gordo’, perpetró otros robos, una vez cambiadas las placas de matrícula.
Y es que, junto a seis personas más, entre ellas una mujer, se dedicaban a asaltar turismos con matrícula extranjera, que circulaban por la autopista AP-7, para hacerse con equipajes y dinero en efectivo. Para ello empleaban el denominado ‘método peruano’, que contaron con la ayuda de un sargento, un cabo y tres guardias civiles. Cinco integrantes del Grupo Operativo de Autopistas (GOA) de la Guardia Civil en Catalunya, todos ellos detenidos en 2011.
La Fiscalía pide para los seis integrantes del entramado hasta 80 años de cárcel -en el caso de su líder-, y cuatro años y cinco meses para los cinco guardias, acusados de pertenencia a organización criminal, omisión del deber de perseguir delitos y falsedad en documento oficial. También más de cuatro años de suspensión para ejercer su labor como miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Fueron los Mossos d’Esquadra, que investigaban los robos en las autopistas, quienes descubrieron la connivencia de los agentes con el grupo criminal. Los pinchazos en los teléfonos de algunos de los sospechosos permitió llegar al GOA. Y es que el líder de la banda daba indicaciones a los guardias civiles para recoger los coches robados, que a su vez empleaban para asaltar a los turistas que circulaban en los suyos. Los integrantes del GOA los recogían y los hacían constar como recuperados. Así, apunta la fiscal en su escrito de acusación, «no investigaron y comunicaron de forma falaz a la autoridad judicial en los atestados sus actuaciones» con la intención de «proteger» a la banda.
El mimo guardia civil era el que ejercía como intermediario entre el líder del entramado y sus compañeros del grupo de autopistas, que además de recoger los coches robados, borraban las huellas de los sospechosos y manipulaban los atestados. Normalmente, ese guardia se reunía él solo con ‘el gordo’. A veces con otros integrantes del GOA, para recibir sus instrucciones en el aparcamiento de un tanatorio de Santa Coloma de Cervelló.
Cuando los Mossos registraron los domicilios de los detenidos, encontraron varios de los objetos sustraídos a las víctimas, en su mayoría turistas extranjeros, como joyas, cámaras de fotos, ropa y ordenadores. Los investigadores también localizaron más de un centenar de resguardos que verifican que uno de los integrantes de la banda había enviado más de 50.000 euros al extranjero.
El juicio, que comenzó esta semana, continuará el lunes en la Sección 5ª de la Audiencia de Barcelona.