Barcelona camina hacia unas playas sin humo

Barcelona camina hacia unas playas sin humo

El Ayuntamiento de Barcelona apuesta por que en las playas de la ciudad no se permita fumar. Durante la temporada alta de baño está prevista una prueba piloto en las playas de Sant Miquel, Somorrostro, Nova Icària y Nova Mar Bella.

El tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en España y se asocia a un aumento del riesgo de padecer enfermedades. Cada año en Barcelona se registran 2.200 muertes atribuibles al consumo del tabaco, un 13,8% del total.

Las autoridades sanitarias advierten que el tabaquismo pasivo también tiene efectos relevantes en la incidencia de determinadas enfermedades, entre ellas el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y los problemas respiratorios, especialmente en niños,

Fumar en la playa es también un problema ambiental. Cada año unos 5 billones de colillas de cigarrillo terminan en el mar y liberan contaminantes tóxicos que pueden alterar el ecosistema marino.

Esta semana se inicia una consulta pública para recoger la opinión y aportaciones de la ciudadanía, las entidades y las organizaciones de la ciudad.

Los principales objetivos de instaurar playas sin humo son, por un lado, preservar la salud de la ciudadanía con especial énfasis en la población más vulnerable, pero también preservar el espacio público como lugar de convivencia y proteger el medio ambiente.

La protección de la salud

El humo ambiental del tabaco contiene más de 4.000 compuestos, entre los que hay 50 clasificados como carcinógenos y otros que son tóxicos o irritantes. Por tanto, respirar el humo del tabaco aumenta el riesgo de sufrir diversas enfermedades, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las respiratorias.

La medida pretende proteger la salud de la ciudadanía, especialmente de los colectivos más vulnerables como son los niños, que sufren una carga de morbilidad muy importante debido al humo del tabaco.

Algunos estudios recientes apuntan a que el humo ambiental sería el responsable de más de 135.000 casos de enfermedades respiratorias y más de 3.000 hospitalizaciones en menores de 12 años en España. Además, hay que tener en cuenta y poner en alerta de que los niños que ven habitualmente personas fumadoras a su entorno tienen más probabilidades de convertirse en personas fumadoras.

En el marco del proyecto europeo TackSHS, realizado el año pasado, se evaluaron los niveles de exposición al humo ambiental del tabaco en parques infantiles y entradas de escuelas de primaria en 11 países europeos y los resultados concluyeron que en el 41 % de los parques infantiles y en el 46% de las entradas de escuelas había presencia de nicotina ambiental. Además, también se observó presencia de colillas de cigarrillo en el 60% de parques infantiles y en el 75% de accesos a las escuelas.

El actual marco normativo, la ley de control del tabaquismo 42/2010, prohíbe fumar desde hace 10 años en espacios públicos al aire libre donde los niños pueden permanecer durante ratos como por ejemplo los parques infantiles.

Por lo tanto, unas playas libres de humo de tabaco en Barcelona va en consonancia con la normativa y permitiría favorecer más espacios de ocio saludables y seguros en la ciudad, teniendo en cuenta que la mayor parte de la población, un 80%, no fuma.

La protección del ecosistema marino

Las colillas de cigarrillo que acaban llegando al mar, unos 5 billones cada año, suponen un problema ambiental de primer orden. Tardan en desintegrarse entre 10 y 12 años y además, liberan al mar contaminantes metálicos que resultan nocivos para la fauna marina.
Según un estudio del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, en España se fuman unos 90 millones de cigarrillos al día que suponen 32.455 millones de filtros desechados cada año.

Aproximadamente un 15% de estas colillas llegan al ecosistema marino, ya sea porque se lanzan a la arena de las playas o para que se tiran al suelo y pueden ser arrastradas por la lluvia hacia los cursos fluviales o a través del alcantarillado.

Un cigarrillo contiene metales como cadmio, hierro, arsénico, níquel, cobre, zinc o manganeso, entre otros. Un aumento artificial de las cantidades habituales de estos metales puede resultar nocivo para la biodiversidad marina y tener repercusiones en el ser humano, debido a la ingesta de esta fauna.

El Ayuntamiento de Barcelona ya ha hecho durante los últimos años diferentes campañas de concienciación para evitar los residuos que pueden contaminar el mar y específicamente sobre las colillas de cigarrillos, y ahora, durante el verano, se dará un paso más a favor de unas playas sin humo ni residuos.

Paralelamente, para poner en marcha la medida y hacer el seguimiento y evaluación correspondientes, se hará una consulta pública durante las próximas semanas y durante la temporada de baño está previsto que los informadores de playas recojan la opinión y aportaciones de la ciudadanía.

La Agencia de Salud Pública de Barcelona, una vez finalice la prueba piloto, hará un informe detallado sobre el impacto en la salud de la medida.

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