Todos los dragones de Sant Jordi

Conoce todos los dragones de Sant Jordi que hay en Barcelona

Barcelona es una ciudad llena de dragones: existen en muchas fachadas modernistas y también en retablos góticos. Pero las piezas de imaginería festiva que representan dragones también son muy numerosas y las hay de todo tipo: vibrias, dragones de inspiración gaudiniana, infantiles, hechos con metal… y así hasta llegar a una quincena. Ahora que se acerca Sant Jordi y el dragón es uno de los elementos centrales de la fiesta, le invitamos a conocer todos los que hay en Barcelona y los secretos y anécdotas que esconden.

Evidentemente, la figura histórica por excelencia es la del dragón de Ciutat Vella, que ya aparece mencionado a principios del siglo XV como miembro del cortejo popular de la ciudad. Sin embargo, la figura actual es de 1987 y fue hecha en Solsona por el maestro Manel Casserras i Boix. Por tanto, la bestia más veterana de toda Barcelona que todavía se mantiene en activo es el dragón de Gràcia, construido en 1982 y que tiene forma de ‘dragón reptante’.

En el estilo modernista, la figura del dragón es una imagen muy recurrente que encontramos en todo tipo de obras de arte, relatos y elementos decorativos y arquitectónicos. Seguramente por eso hay una buena retahíla de dragones que se inspiran en este movimiento artístico. Es uno el dragón Farfolla de la Sagrada Familia, que fue creado inspirándose en un aplique en forma de dragón encontrado en el sótano del templo diseñado por Antoni Gaudí. Siguiendo la línea gaudiniana, encontramos a Gaudiamus, el dragón de la Maléfica del Coll, que es igual que la famosa salamandra de quebradizo que hace de fuente a la entrada del Park Güell.

En Barcelona también hay grandes dragones. Son tan espectaculares y majestuosos que les debe hacer bailar a más de un portador o incluso deben necesitar una estructura para moverse. Dos de éstos son el majestuoso dragón Baró de Nou Barris, que tiene más de treinta puntos de fuego, y el Guardià de Les Corts, que es todo hecho de metal forjado y pesa 170 kilos.

Una mención aparte se merecen las vibrias, estas figuras mitológicas que representan a un malvado dragón hembra con cola de serpiente, alas de murciélago y pechos de mujer. La más antigua de todas es la Vibria de Barcelona, ​​que aparece mencionada en las crónicas desde las procesiones del Corpus del siglo XV. Y desde 1992 también existe la Vibria del Poblenou, que es especialmente famosa porque una vez al año, por las fiestas de Mayo, recoge los chupetes de los niños del barrio.

También hay dragones acompañados de unas divertidas anécdotas, como el Dragón de Sarrià, que para financiarlo los miembros del grupo participaron en un concurso televisivo. También explican que el dragón Estarrufat del Poblenou, una vez terminado, no podían hacerlo pasar por la puerta del taller y tuvieron que apretarlo. ¡De esta manera se convirtió en el primer dragón desmontable. Un dragón con un nombre muy especial es el Capallà d’Horta i el Carmel. Dicen que lo bautizaron espontáneamente el día del estreno, porque los portadores le guiaban diciendo ‘hacia aquí’ y ‘hacia allí’.