Pi Margall será un nuevo eje verde que conectará Gràcia y Horta-Guinardó

Pi Margall será un nuevo eje verde que conectará Gràcia y Horta-Guinardó

La calle de Pi i Margall se transformará en un eje verde que conectará los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó con el peatón y la movilidad sostenible como grandes protagonistas.

El Gobierno municipal impulsa la remodelación de esta vía para hacerla más agradable, saludable y habitable y favorecer el comercio de proximidad de la zona. Con la actuación, la calle se convertirá en un corredor verde permitirá finalizar la conexión, a través del verde, entre parque de la Ciutadella y el paseo de Sant Joan, la plaza de Joanic y el parque de les Aigües, llegando así hasta la montaña de Collserola.

La reforma de Pi i Margall responde al nuevo modelo de calle del siglo XXI que se está aplicando a grandes ejes de ciudad como la avenida Meridiana, la Diagonal o la Via Laietana. Se trata de que estas grandes avenidas y calles dejen de ser autopistas urbanas y pasen a ser lugares amables que inviten a la estancia y al paseo.

Además, encaja con los criterios y objetivos del plan Superilla Barcelona, ​​que se extiende más allá de las calles de la trama Cerdà y llega a todo el territorio. En Pi i Margall, la mejora del espacio público religará los barrios del Camp d’en Grassot y Gràcia Nova, la Vila de Gràcia, la Salut, Can Baró y el Baix Guinardó, de los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó.

Éste es un ejemplo paradigmático de cómo el asfalto está dando paso al verde en la ciudad. Actualmente, 20 de los 30 metros del ancho de la calle son de calzada, con dos carriles de circulación, dos de bus-taxi y dos de aparcamientos y servicios. La nueva sección cambiará del todo esta situación: se pasará de destinar dos terceras partes de la calle a los vehículos a que el 70% de todo el espacio sea peatonal y verde.

El diseño de la calle no será paralelo a la fachada para potenciar el verde y que en cualquier punto de la calle se tenga la sensación y la perspectiva de estar en un parque. Así, se combinarán zonas de verde con otras de estancia, y las aceras serán como mínimo de 5 m pero se ampliarán en determinados puntos hasta los 12 my crearán lugares con vegetación donde poder estar. Además, se desasfaltará la calle y el pavimento utilizado será el granito, que le dará un carácter unitario y de convivencia.

Pi i Margall se convertirá en una avenida con el tráfico rodado pacificado que apuesta por la movilidad sostenible, la bicicleta y el vecindario. La calzada tendrá menos espacio, priorizándose la circulación de vehículos locales y autobuses. De subida habrá un carril para buses y tráfico local y un nuevo carril bici segregado, y de bajada, un carril compartido para buses, tráfico local y bicicletas. La velocidad estará limitada a 30 km/h.

La propuesta tiene en cuenta y da respuesta a las necesidades de servicios de la calle. Se incluye un cordón de servicios en las dos aceras que queda integrado entre parterres y permite situar zonas de carga y descarga, contenedores, aparcamientos de bici y demás servicios de forma repartida a lo largo de toda la vía. Y las paradas de autobús se reubicarán y se mantendrán todas.

A lo largo de toda la calle –que mide unos 690 metros de longitud y 25.000 m2 de superficie–, el verde y la sombra crecerán significativamente y habrá una mejor relación con el suelo y la naturaleza. Para ello, se plantarán otros 142 árboles para llegar a 210, que serán de más de veinte especies diferentes y se colocarán según las zonas de sol y sombra. Y la superficie de parterres y zonas arbustivas casi se multiplicará por diez: pasará de los 370 m2 actuales a 3.270.

De esta forma, en toda la calle habrá un 80% de sombra, un elemento indispensable para hacer frente a las olas de calor. Y Pi i Margall será ambientalmente eficiente, ya que contará con un tipo de suelo y un sistema de drenaje sostenible que reaprovecharán el agua de la lluvia y proporcionarán a los árboles las mejores condiciones de riego y aire.

Otro de los puntos destacados del futuro eje de Pi i Margall será el fomento de la vida de barrio y el comercio de proximidad. Por eso, se crearán cuatro nuevas plazas que ocuparán en conjunto más de 2.800 m2. Se situarán en el ámbito de la plaza de Joanic; en el del cruce con las calles de Sant Lluís y de Ca l’Alegre de Dalt; en las calles de la Encarnación y de Pau Alsina, y en las calles de Cerdeña y de la Providencia.

En estas plazas y también a lo largo de toda la calle se colocarán 42 bancos y 121 sillas. Y para mejorar la transversalidad y la comunicación entre barrios, se aumentará de 8 a 14 el número de pasos de peatones –uno de ellos, en la calle Escorial, en el ámbito de Joanic.

Pi Margall será un nuevo eje verde que conectará Gràcia y Horta-Guinardó