El taxi de Barcelona protesta ante la sede de Foment del Treball

El falso discurso del progreso: Uber, Foment y Mou-te per Barcelona contra los trabajadores

Barcelona vuelve a ser el escenario de una farsa repetida: los poderosos intentando imponer su visión del “progreso” mientras pisotean los derechos de quienes realmente hacen funcionar la ciudad. El acuerdo entre Uber y el FC Barcelona, que ha despertado la protesta del sector del taxi, no es más que la última maniobra de una multinacional con un largo historial de prácticas abusivas y competencia desleal. Y, para colmo, cuenta ahora con el aplauso cómplice de entidades que dicen defender la economía de la ciudad, con Josep Sánchez Llibre de Foment del Treball y la plataforma Mou-te per Barcelona.

Uber, el lobo con piel de tecnología

Uber no representa el futuro. Representa la precariedad disfrazada de modernidad. Esta empresa, que durante años ha operado fuera de la ley y ha intentado socavar al sector del taxi, pretende ahora presentarse como un actor respetable gracias a un acuerdo publicitario con el Barça. No es innovación, es lavado de imagen.

Uber, Cabify y Bolt, contra Collboni en ‘Mou-te per Barcelona’

Su modelo de negocio se basa en destruir el tejido laboral local, rebajar los estándares de servicio y convertir a los conductores en falsos autónomos que asumen todos los riesgos mientras la multinacional acumula beneficios astronómicos en paraísos fiscales.

Y mientras tanto, Uber intenta blanquearse asociándose con un club que, hasta hace nada, presumía de ser “més que un club”. Un patrocinio con una empresa que representa todo lo contrario a los valores del deporte y de la comunidad: explotación, evasión y mentira.

Foment del Treball: defensores del capital, no de Barcelona

Resulta indignante que Foment del Treball, una institución que debería velar por la economía productiva catalana, se ponga del lado de una multinacional que ha hecho tanto daño a los trabajadores locales. Su apoyo al manifiesto “Por una Barcelona abierta al futuro y libre de amenazas” es, en realidad, una defensa del poder económico frente a la ciudadanía organizada.

Porque lo que llaman “amenazas” no son otra cosa que protestas legítimas de un sector que lleva años soportando el acoso de plataformas ilegales, y que solo pide igualdad ante la ley.

La Barcelona que defiende Foment no es la abierta y justa que queremos todos, sino la ciudad sumisa a los intereses de las grandes corporaciones.

Mou-te per Barcelona: el club de los privilegiados

La plataforma Mou-te per Barcelona, integrada por más de treinta entidades, entre ellas Uber, Cabify, Barcelona Oberta y Barcelona Comerç, es el ejemplo perfecto de cómo se construye un discurso falso de progreso.

Dicen representar la movilidad moderna, pero lo que realmente defienden es un modelo de ciudad al servicio del negocio, no de las personas. Un lobby bien organizado que utiliza el lenguaje de la modernidad para desactivar la crítica y maquillar la desigualdad.

Hablan de “abrir Barcelona al futuro”, cuando en realidad quieren cerrar la puerta a la justicia social y al derecho de los trabajadores a vivir de su oficio. Pretenden que todo lo que no pase por sus manos —y por sus cuentas bancarias— sea una amenaza.

El verdadero futuro es el que respeta a quienes trabajan

La modernidad no se construye aliándose con empresas que precarizan y destruyen empleo. El verdadero futuro pasa por un modelo de ciudad justo, sostenible y basado en el respeto mutuo entre sectores.

Barcelona no necesita más Uber, ni más lobbies que se escondan detrás de manifiestos vacíos. Necesita instituciones valientes, capaces de plantar cara a quienes convierten la palabra “progreso” en una excusa para explotar y dividir.

Porque el verdadero progreso no lo traen las multinacionales ni los despachos de Foment. Lo construyen, día a día, los trabajadores que se levantan temprano, que pagan sus impuestos y que defienden con dignidad el pan de sus familias.