La plaza Pablo Neruda, en el barrio de la Sagrada Familia, estrena el nuevo mural “Vaixell dels Pobles Migrats”
El Eixample, y en concreto el barrio de la Sagrada Familia, ha celebrado esta mañana el acto de inauguración del mural “Barco de los Pueblos Migrados”, en la plaza Pablo Neruda, con el que la ciudad homenajea al poeta chileno en el marco del 120 aniversario de su nacimiento.
La propuesta artística gira en torno al Winnipeg y el exilio, con el recuerdo en el barco que Pablo Neruda y el gobierno chileno pusieron a disposición, en 1939, para los republicanos exiliados de la Guerra Civil Española. Los autores de la obra son Roc Blackblock, artista local, y Mono González, artista chileno. Un trabajo conjunto de ambos artistas que refuerza la idea del vínculo Barcelona-Chile.
El acto, festivo y de memoria, ha contado, entre otros, con la participación del concejal del Eixample, Jordi Valls; Javier Velasco, embajador de Chile, ambos artistas autores del mural, representantes vecinales y sobrinos del poeta. Durante el acto ha habido una escenificación del barco Winnipeg, lectura de poemas de Pablo Neruda, reconocimiento a los autores del mural dedicado a Pablo Neruda y actuaciones musicales a cargo de Paco Ibáñez y Marina Rosell.
El mural ocupa la pared medianera del edificio de viviendas en la calle Lepant, 221, en la plaza Pablo Neruda, una pared de unos 480 m2, y significa el espacio de la actual plaza como un lugar de memoria dedicado al poeta. Su realización completa el proyecto de homenaje a su figura, impulsado años atrás por el movimiento asociativo del barrio, coincidiendo con la reurbanización y el cambio de nombre de la plaza de la Hispanidad.
La imagen final de la cocreación es una composición figurativa realista que recuerda el imaginario visual de la fotografía antigua y que muestra el detalle de una maleta sostenida por el asa por las dos manos de una figura aparentemente femenina. En la superficie de la maleta se representa el fragmento de un barco lleno de caminos y casas como alegoría del ‘barco de los pueblos migrantes’. Así la maleta que representa el exilio se muestra, en palabras de sus autores, «llena de recuerdos y dolor, pero también de esperanza y futuro».
Se trata de una propuesta de actuación con un alto valor simbólico que, impulsada por el movimiento asociativo del barrio, ha logrado generar los consensos y la cooperación necesaria entre los distintos agentes implicados. Esta intervención alcanza el propósito de significación del espacio de la actual plaza reivindicado históricamente por los vecinos.
Además, destaca también que el proceso de creación de la imagen compositiva final ha sido fruto de la colaboración entre dos artistas que operan con lenguajes y en contextos muy diferentes y que han tenido la inteligencia y la generosidad necesarias para trabajar en distancia la conceptualización de una composición simbólica en la que ambos estilos queden integrados.
Para el Distrito, se trata de un buen ejemplo de planteamiento de intervención de arte urbano en la que existe una sólida coherencia entre la propuesta artística y su ubicación en el espacio público. Hay un vínculo bien tramado entre la imagen de la representación, el espacio físico donde se ubica y la voluntad de las personas que habitan y utilizan ese espacio.
Una propuesta de arte urbano largamente reivindicada por las entidades de la Sagrada Família
La propuesta mantiene el planteamiento original de significar el espacio de la actual plaza como un lugar de memoria dedicado al poeta, que se inició en 2017 con una reurbanización y un cambio de nombre de plaza de la Hispanidad en plaza Pablo Neruda , aprobado por el Distrito a petición del vecindario.
Aquel replanteamiento del espacio público dejó al descubierto una medianera de grandes dimensiones que provoca un fuerte impacto visual y que fue propuesta por las asociaciones y entidades vecinales como soporte para la realización de un mural artístico que, homenajeando a Neruda, pudiera también simbolizar la vinculación del poeta (y Chile) con Barcelona.
Se acordó que uno de los episodios más destacados de esta historia común era el del exilio de los refugiados republicanos que pudieron viajar en el año 39 desde Francia a Chile con el Winnipeg, un antiguo barco francés alquilado gracias a la intervención de Pablo Neruda, entonces cónsul especial para la inmigración española.
Esta idea de la experiencia del exilio de los refugiados republicanos fue materializada en un primer proyecto por el artista local Roc Blackbloc, conocido por realizar un trabajo significativo en torno a la recuperación y divulgación de la memoria y que además, había realizado los murales narrativos de la exposición Los viajeros del Winnipeg, en 2019. Más adelante, con la oportunidad de participación del muralista chileno Mono González en el proyecto, se optó por la realización de un trabajo conjunto entre los dos artistas que refuerza la idea del vínculo Barcelona-Chile.
La imagen final de la cocreación es una composición figurativa realista que recuerda el imaginario visual de la fotografía antigua y que muestra el detalle de una maleta sostenida por el asa por las dos manos de una figura aparentemente femenina. En la superficie de la maleta se representa el fragmento de un barco lleno de caminos y casas como alegoría del ‘barco de los pueblos migrantes’. La paleta de colores es armónica con predominio de los ocres a excepción de algunos motivos de la superficie de la maleta que, aunque azules, rojos y verdes, están muy poco saturados.
