El FC Barcelona introduce una cláusula decisiva en su acuerdo con Uber ante la presión del sector del taxi
Lo que debía ser una firma rutinaria de patrocinio entre el FC Barcelona y Uber se ha convertido en una negociación marcada por la tensión y la incertidumbre. El club tiene previsto sellar el acuerdo hoy miércoles en las oficinas del Camp Nou, aunque una cláusula introducida a última hora podría cambiarlo todo.
Esa condición establece que si Uber incumple la legislación catalana del taxi, el contrato quedará automáticamente anulado. Con esta medida, la directiva pretende proteger la imagen del club frente a las controversias que rodean a la plataforma de transporte en Catalunya.
El origen de la controversia
El anuncio del patrocinio provocó el rechazo inmediato del sector del taxi. Desde la organización Élite Taxi, se advirtió que no aceptarían un acuerdo con una compañía que, según ellos, ha operado de forma reiterada fuera de la ley. Los taxistas recordaron que Uber acumula sanciones en Catalunya por incumplir la normativa de precontratación, operar fuera del ámbito autorizado y vulnerar las condiciones para los vehículos VTC.
De hecho, las principales plataformas del sector —Uber, Bolt y Cabify— han abonado más de siete millones de euros en multas este año por infracciones similares.
Ante la inminente firma del contrato, la presión sobre el Barça aumentó considerablemente, llegando a convocarse un paro total del taxi y movilizaciones durante un partido de Champions para forzar al club a reconsiderar su postura.
Una cláusula que redefine el acuerdo
Fuentes cercanas al Barça confirmaron que la junta directiva decidió blindar el contrato con una cláusula que permite su rescisión inmediata si Uber vulnera la Ley Catalana del Taxi o la futura normativa que tramita el Parlament.
La decisión surgió tras intensas reuniones entre Tito Álvarez, Joan Gaspar y representantes del club, que concluyeron con la suspensión temporal de las protestas del sector. No obstante, Élite Taxi advirtió que retomará las movilizaciones si detecta incumplimientos o falta de compromiso por parte del club.
Valores en juego: entre la ética y la necesidad económica
El patrocinio con Uber ha generado un fuerte debate moral y de identidad en torno al Barça. Algunos socios y aficionados consideran que el acuerdo contradice el lema “Més que un club”, al vincular la marca con una empresa criticada por precarizar el trabajo de los conductores.
Desde la dirección, la justificación es puramente económica, en un contexto financiero complejo. Sin embargo, el riesgo reputacional es evidente: si Uber vuelve a ser sancionada, la imagen del club podría verse seriamente dañada.
Expertos en derecho deportivo advierten que la validez de la cláusula dependerá de su redacción. Será crucial definir qué se entiende por incumplimiento y qué organismo tendría la autoridad para certificarlo. De lo contrario, el Barça podría verse inmerso en largos litigios legales.
Un equilibrio delicado
En el entorno blaugrana, las opiniones están divididas. Algunos directivos valoran la cláusula como un gesto de responsabilidad institucional, mientras otros temen que el conflicto con el taxi se reactive si Uber vuelve a infringir la ley.
Por su parte, los representantes del taxi aseguran que vigilarán de cerca el cumplimiento del acuerdo. Reconocen el gesto del club, aunque insisten en que “la confianza no se firma, se demuestra”.
El acuerdo podría cerrarse en cuestión de horas, pero aún todo está en el aire. Si Uber respeta la normativa, la alianza avanzará sin sobresaltos. En caso contrario, el contrato podría anularse antes incluso de que el logotipo aparezca en las camisetas del Barça.
El episodio deja al descubierto la compleja posición del FC Barcelona, obligado a equilibrar sus principios históricos con las presiones económicas del fútbol actual.
Solo el tiempo dirá si la cláusula contra Uber será una garantía real de legalidad o un gesto simbólico para calmar las aguas en un entorno cada vez más crítico.































