Placa a Emérita Arbonès i Sarrias, trabajadora del textil, republicana e integrante de la Asociación de Mujeres del 36
Este martes 21 de marzo se ha destapado la placa en memoria de Emérita Arbonès i Sarrias (1920 – 2015), situada en la calle Badia 14, donde vivió. Al acto asistieron el concejal de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Rabassa y Massons, la consejera de Memoria del Distrito de Gràcia, Àngels Tomàs, así como familiar y amigos.
Emérita Arbonès Sarrias, conocida como Meri Arbonès, nació en la villa de Gràcia el 30 de diciembre de 1920, en el seno de una familia obrera, en la calle de Sant Pere Màrtir. Con doce años comienza a trabajar en una fábrica de impermeables de la calle del Peligro y con quince años entra en Can Corbera, una empresa textil en la que su madre es delegada sindical.
Durante la Guerra Civil, milita como republicana desde las filas del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Fue la responsable del refugio antiaéreo de la plaza de la Revolución de Septiembre de 1868.
Una tarea de la que estuvo siempre muy orgullosa y de la que explicaba que gracias a la colaboración de todos los vecinos de Gràcia, sobre todo mujeres y niños, se pudieron construir diferentes refugios antiaéreos para protegerse de los bombardeos de la guerra.
En enero de 1939, Meri Arbonès emprende el camino del exilio hacia Francia y regresa a Barcelona en enero de 1941. Al regresar a la ciudad reanudó durante algunos años su trabajo de tejedora. Vivió muchos años en la calle Verdi, pero su último domicilio fue en la calle Badia, donde desde hoy tiene una placa en su recuerdo.
Durante la Guerra Civil, milita como republicana desde las filas del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Fue la responsable del refugio antiaéreo de la plaza de la Revolución de Septiembre de 1868.
Una tarea de la que estuvo siempre muy orgullosa y de la que explicaba que gracias a la colaboración de todos los vecinos de Gràcia, sobre todo mujeres y niños, se pudieron construir diferentes refugios antiaéreos para protegerse de los bombardeos de la guerra.
En enero de 1939, Meri Arbonès emprende el camino del exilio hacia Francia y regresa a Barcelona en enero de 1941. Al regresar a la ciudad reanudó durante algunos años su trabajo de tejedora. Vivió muchos años en la calle Verdi, pero su último domicilio fue en la calle Badia, donde desde hoy tiene una placa en su recuerdo.
