La Font Màgica de Montjuïc vuelve a brillar tras tres años apagada

La Font Màgica de Montjuïc vuelve a funcionar tras tres años de inactividad

La Font Màgica de Montjuïc ha recuperado su actividad después de tres años parada por la sequía y por obras de rehabilitación. Este miércoles, a las 11 de la mañana, el agua volvió a brotar tanto en la fuente principal como en todas las de la avenida de la Reina Maria Cristina.

El primer espectáculo de agua, música y luces tendrá lugar el próximo domingo durante el Piromusical de la Mercè, y a partir del 2 de octubre se retomará el calendario habitual de actuaciones, programadas los jueves, viernes y sábados por la noche.

Renovación tecnológica y eficiencia energética

Las obras realizadas han permitido modernizar el sistema de control con tecnología avanzada y sustituir los antiguos 4.760 focos incandescentes por 680 focos LED, que reducen el consumo energético manteniendo la misma luminosidad.

La última gran actualización se había hecho en los años 90, y en esta ocasión se ha respetado el sistema original de iluminación mediante prismas y claraboyas de colores, que al girar producen el característico juego de luces de la fuente.

La actuación forma parte de un plan municipal de rehabilitación de fuentes ornamentales, con una inversión de 6,6 millones de euros hasta 2028, que prevé intervenciones en 78 fuentes de Barcelona para mejorar su sostenibilidad y optimizar el uso del agua.

Una pausa marcada por la sequía

Además de las obras, la sequía obligó a mantener la fuente apagada hasta que en abril se levantaron las restricciones. Desde entonces, el Ayuntamiento ha ido reactivando progresivamente las fuentes ornamentales tras su limpieza y llenado.

En el caso de la Font Màgica, se necesitaron tres millones de litros de agua procedentes del Liceu para llenar sus vasos, un proceso iniciado en julio durante las primeras pruebas.

Actualmente, cerca del 65% de las fuentes ornamentales de la ciudad ya están en funcionamiento, y a partir de octubre se incorporarán alrededor de setenta fuentes de gran formato, cuya puesta en marcha requiere un trabajo técnico más complejo.