La catalana Silence se instalará en la planta de Nissan de la Zona Franca

La catalana Silence se instalará en la planta de Nissan de la Zona Franca

Hace unos días, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, anunciaba en sede parlamentaria que la catalana Silence, líder europea de motos eléctricas, se instalaría en una parte de la antigua planta de Nissan después de un tira y afloja largo con la mesa de reindustrialización.

Si por un momento pareció que Silence optaba por las instalaciones de Montcada i Reixac, finalmente se ubicará en la planta principal de la Zona Franca y contratará a una parte de los ex trabajadores de Nissan.

Sin embargo, los sindicatos siguen quejándose de que la reindustrialización de las instalaciones no va por buen camino, especialmente después de los fracasos de atraer empresas extranjeras y los retrasos de las administraciones.

Los motivos del cierre de la planta de Nissan

Un primer factor a tener en cuenta son las razones por las que Nissan, uno de los principales fabricantes del mundo de automóviles, decidió irse de Catalunya. Nissan estaba en el país desde 1980, cuando compró las instalaciones de Motor Ibérica, empresa que producía los camiones y furgonetas bajo la marca Ebro.

Hay algunos elementos a los que los analistas achacan la marcha de la japonesa de tierras catalanas. Lo primero es que en 2020 la compañía tuvo pérdidas por primera vuelta en once años, después de varios años con beneficios con tendencia a la baja.

Un segundo elemento muy importante es que Nissan realizó una alianza con Renault en 1999. La empresa francesa es la principal compañía del grupo resultante, del que también forma parte Mitsubishi. Así, Renault posee un 43,5% de Nissan, mientras que la japonesa tan sólo tiene un 15% de la francesa. Además, debe tenerse en cuenta que el gobierno francés es propietario del 15% de Renault, para influir en las decisiones de la compañía.

Los fracasos de atraer empresas extranjeras

Las instalaciones de Nissan en Cataluña son un gran valor industrial en el país y el objetivo de la Mesa de Reindustrialización es conservar sus puestos de trabajo y el conocimiento industrial asociado.

Una de las primeras acciones que tomó fue dividir las instalaciones de la Zona Franca. La mayor parte, de 375.000 m², se asignó a un nuevo “Hub de descarbonización de Barcelona” (D-HUB), que tiene el encargo de producir vehículos eléctricos, el futuro de la industria automovilística, en dos de las líneas de producción de Nissan.

El liderazgo del hub se asignó a la ingeniería catalana QEV, aunque también participan más empresas. Nissan, por su parte, ha puesto como condición indispensable poder mantener su centro técnico europeo en las actuales instalaciones de la Zona Franca.

El espacio restante se asignó a actividades complementarias logísticas e industriales y se dividió en tres espacios, uno de 70.000 m² y dos de 30.000 m². Respecto a la fábrica de Sant Andreu de la Barca, se ha cerrado por completo y sus activos han pasado a la de Montcada i Reixac, donde se busca una alternativa centrada en la producción de componentes para la automoción.

Las polémicas

Por un lado, existe el interés de las administraciones públicas de encontrar una salida rápida a los trabajadores, presionadas por los sindicatos. Por otra, dentro de una transformación muy profunda de todo el sector automovilístico a nivel mundial, es necesario desarrollar un proyecto industrial con futuro.

La primera gran apuesta, y el primer gran fracaso, fue la china Great Wall Motors. Con polémica política incluida, en la que el sector económico e industrial reprocharon la actitud negociadora de las administraciones.

En China existen muchas grandes marcas de vehículos eléctricos centradas en su mercado nacional, pero que tienen interés en expandirse internacionalmente. Mientras en occidente existe una gran demanda de vehículos eléctricos que no está cubierta por las marcas europeas tradicionales, con vehículos más caros que los chinos.

Por último, Great Wall Motors decidió abandonar las negociaciones por falta de acuerdo, a pesar de una contrapropuesta del gobierno de última hora. Una segunda compañía que mostró interés, mucho menor, fue la empresa emergente sueca Volta Trucks, que hará camiones eléctricos y se encuentra en la fase de encontrar centros de producción.

Sin embargo, los suecos finalmente optaron por Austria, argumentando que el proyecto de reutilización de la Zona Franca seguía en curso y no había concluido. Una forma educada de decir que las administraciones no han hecho todo el trabajo previo necesario.

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