Salvador Illa toma posesión como el 133 presidente de la Generalitat
Salvador Illa ya es el presidente de la Generalitat. El líder del PSC, que toma el relevo de Pere Aragonès -el dirigente republicano le ha colocado el medallón presidencial en Palau-, será el encargado de pilotar el nuevo Govern, en un cambio de ciclo a la política catalana que se consuma después de 14 años de ejecutivos independentistas.
Completada la etapa del Procés y tras dos victorias electorales en Catalunya -ahora sí con los apoyos para gobernar-, Illa recupera la Generalitat para el socialismo catalán por primera vez desde la presidencia de José Montilla, al frente del segundo tripartito. En un discurso en el recientemente restaurado Salón de Sant Jordi, Illa ha afirmado que los «ejes principales» de su presidencia serán «unir» y «servir» a la Catalunya postprocés.
Las referencias a gobernar para «todos los catalanes» ha sido el hilo conductor de las primeras palabras del líder socialista como presidente. «Que todo el mundo se sienta representado con la institución de la Generalitat es mi principal desazón», ha expresado.
Illa se ha declarado «ilusionado y honrado», ha prometido actuar con «humilidad» por ser «el primer servidor público de Catalunya», y ha alabado la figura de Josep Tarradellas, antes de citar a todos sus predecesores, también un Carles Puigdemont.
El mensaje de Illa, que ha sido breve -de unos escasos diez minutos- y ha completado un acto sobrio, oficializa el punto de inflexión que emana de las elecciones del 12 de mayo, en el que el independentismo perdió la mayoría parlamentaria y el PSC se consolidó como primera fuerza política.
Illa es presidente gracias al apoyo de ERC y comunes a la investidura y este sábado ha querido agradecer el traspaso de poderes que le ha hecho el presidente saliente, que ha definido como «ejemplar». El nuevo inquilino del Palau de la Generalitat ha querido enfatizar que Catalunya es «tierra de acogida» y es «solidaria», y ha insistido en que su ejecutivo pretenderá superar «planteamientos divisivos» en unos tiempos en los que toman bastantes ideas «populistas» y «demagógicas».