Barcelona expulsa el foie-gras del consistorio y denuncia el maltrato animal

Barcelona expulsa el foie-gras del consistorio y denuncia el maltrato animal de quien lo produce

Cuando los patos y gansos llegan a los tres meses de vida pasan a ser engordados forzosamente durante dos semanas, ingiriendo, varias veces al día, hasta medio kilo de papillas en seis segundos. El hígado, entonces, se les hipertrofia hasta que sufre esteatosis hepática, la enfermedad del hígado graso.

Desde hace años que éste es un proceso controvertido que choca con la directiva europea de protección animal que prohíbe, desde 1998, «suministrar alimentos a los animales de forma que se les ocasione un sufrimiento o daño innecesario«.

En la Unión Europea solamente quedan 5 países donde es legal la alimentación forzosa: España, Francia, Bulgaria, Hungría y la región de Valonia en Bélgica.

El resto de países, interpelados por la directiva europea, han ido prohibiendo la alimentación forzosa de los animales. Algunos, como Reino Unido, se plantean vetar también la importación de foie-gras, y otros evitan destinar dinero público.

Desde hace unos meses, y pese a ser un símbolo de la gastronomía francesa, en ciudades como Lyon, Grenoble o Estrasburgo ya se ha excluido de las recepciones municipales.

Álvaro Porro es comisionado de economía social, desarrollo local y política alimentaria del Ayuntamiento de Barcelona:

«Creemos que debe haber más producto ecológico, más producto de temporada y más producto vegetal. Hemos revisado la presencia y la cantidad de producto animal y, en particular, en el caso del foie-gras, porque es un producto asociado, en muchos casos, a problemas de bienestar animal.»

Cataluña es uno de los principales productores de foie-gras del Estado, con cerca de una quincena de explotaciones en las comarcas de Girona.