Los VTC presionan al Govern mientras continúan operando ilegalmente en Barcelona
Las empresas de vehículos de transporte con conductor (VTC) han remitido una carta al president de la Generalitat, Salvador Illa, exigiendo que el Govern dé marcha atrás en sus planes de limitar su actividad únicamente a trayectos interurbanos.
En el escrito, las patronales Unauto VTC Catalunya y el Sindicato Libre de Transporte aseguran que la medida supondría la pérdida de 4.000 empleos y un impacto negativo en la movilidad de la ciudad.
Encuestas y presión mediática
Las asociaciones del sector citan una encuesta de Metroscopia que asegura que el 63% de los barceloneses rechaza restringir los VTC a trayectos interurbanos, y que el 68% apuesta por “una regulación que permita a taxis y VTC operar en igualdad de condiciones”.
Sin embargo, este tipo de encuestas suelen ser herramientas de presión política, encargadas por el propio sector para crear una falsa percepción de apoyo ciudadano hacia un modelo de negocio que en muchos casos funciona al margen de la legalidad vigente.
Una propuesta con trampa
La misiva incluye dos propuestas: permitir el servicio urbano únicamente a VTC con etiqueta CERO (vehículos eléctricos) y autorizar el viaje compartido tanto a taxis como a VTC.
Aparentemente, se trata de una apuesta “verde” y “sostenible”, pero la realidad es que gran parte de las empresas VTC que operan en Barcelona lo hacen sin cumplir la normativa: vehículos sin licencia urbana, conductores contratados bajo condiciones precarias y una competencia desleal contra el taxi que lleva años denunciándose.
Advierten sobre el riesgo de la entrada masiva de VTC en Barcelona
El problema real: la ilegalidad y el dumping laboral
Mientras envían cartas y convocan movilizaciones, muchas de estas compañías continúan vulnerando la normativa vigente. La presencia de VTC sin autorización urbana es un hecho conocido y sancionado repetidamente por la administración.
Además, estas plataformas han sido señaladas por aplicar dumping laboral, es decir, condiciones de trabajo mucho peores que las de los taxistas, precarizando un sector que debería avanzar hacia la profesionalización y la sostenibilidad real, no hacia el negocio especulativo de grandes corporaciones.
Movilizaciones anunciadas
En el escrito, las patronales advierten que, de no atender sus demandas, se reservan el derecho de convocar nuevas movilizaciones. Sin embargo, esta presión no puede ocultar que el modelo de negocio de muchas VTC en Barcelona no se ajusta a la legalidad actual y que su expansión descontrolada ha generado conflictos, fraude laboral y un daño directo al servicio público del taxi.
