Las trampas de los VTC en El Prat: saltan bordillos y rompen barreras para entrar a la zona VIP
En el Aeropuerto de Barcelona-El Prat, se ha detectado un nuevo foco de polémica en torno al funcionamiento de los Vehículos de Transporte con Conductor (VTC). Según denuncian varias asociaciones del sector del taxi, algunos conductores de plataformas como Uber y Cabify estarían realizando maniobras irregulares para acceder a la zona VIP del aeropuerto, un área reservada exclusivamente a vehículos con autorización.
Durante la mañana de este miércoles, testigos presenciales captaron cómo un conductor de VTC sin licencia saltaba los bordillos de la acera para entrar a la zona VIP, donde habitualmente operan los vehículos de estas plataformas. En otras ocasiones, incluso se ha visto cómo algunos VTC han roto la barrera de acceso al no abrirse a tiempo, en su intento de colarse en el recinto.
Accesos indebidos y maniobras peligrosas
Las denuncias apuntan a que estas prácticas no son hechos aislados, sino que forman parte de una tendencia creciente entre algunos conductores que intentan burlar los controles de acceso del aeropuerto. Al no disponer de la autorización correspondiente o de licencia urbana, muchos optan por saltarse los bordillos o forzar las barreras para aprovechar los espacios reservados a los VTC con permisos válidos.
Según fuentes del sector, estas maniobras se producen en momentos de máxima afluencia de pasajeros, cuando el tráfico dentro del aeropuerto dificulta la supervisión. Algunos testigos aseguran haber visto vehículos maniobrando con brusquedad, e incluso invadiendo zonas peatonales, lo que supone un riesgo para la seguridad tanto de los transeúntes como del resto de conductores.

VTC sin licencia en el aeropuerto de Barcelona: escalada del conflicto
El controvertido parking VIP de los VTC
El origen del conflicto se encuentra en la zona VIP del Parking 0 de la Terminal 1, un espacio adjudicado por AENA a las empresas de VTC para mejorar el servicio de recogida de pasajeros. Sin embargo, esta decisión ha sido fuertemente criticada por el sector del taxi, que considera que se ha creado un espacio de privilegio para las plataformas privadas, situado justo frente a las paradas de taxi tradicionales.
Los taxistas aseguran que el control de acceso al área es insuficiente y que el sistema de barreras automáticas y lectores de matrícula no garantiza la exclusión de vehículos sin licencia. Esta falta de control permitiría que VTC irregulares se infiltren en la zona VIP, generando competencia desleal con los taxis que sí cumplen con toda la normativa.

Controles e investigaciones en marcha
Ante las denuncias y las imágenes difundidas en redes sociales, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana han intensificado los controles en los accesos del aeropuerto. En los últimos meses se han inmovilizado varios vehículos por operar sin licencia o por realizar servicios no autorizados en el recinto aeroportuario.
Las inspecciones incluyen la verificación de matrículas, licencias VTC y permisos municipales, además de comprobar si los conductores disponen de los contratos previos exigidos por la normativa. No obstante, los sindicatos del taxi sostienen que la vigilancia sigue siendo insuficiente y que los infractores actúan con sensación de impunidad, repitiendo las mismas maniobras en distintos turnos y franjas horarias.
Reacción del sector del taxi
Las asociaciones Élite Taxi, Anget y Friends Taxi han denunciado públicamente lo que califican de “vergüenza institucional”, acusando a AENA de favorecer a las multinacionales de transporte en detrimento de los trabajadores del taxi. Exigen la retirada inmediata del acceso VIP o, al menos, un control exhaustivo que impida la entrada a vehículos sin autorización.
También reclaman que se refuerce la seguridad física del recinto, con barreras más resistentes, cámaras de vigilancia y presencia constante de agentes reguladores o de policía. Según estas asociaciones, las maniobras ilegales son “una práctica diaria” que pone en peligro la seguridad y la legalidad dentro del aeropuerto.
Consecuencias legales y necesidad de control
Las acciones denunciadas —forzar barreras, saltar bordillos o entrar sin permiso— pueden tener consecuencias administrativas y penales. Además de sanciones económicas y retirada de licencias, los conductores podrían enfrentarse a delitos de daños o desobediencia si se demuestra que actuaron de forma intencionada.
Expertos en transporte señalan que es urgente reforzar la coordinación entre AENA, la policía y el Ayuntamiento de Barcelona, para evitar que el aeropuerto se convierta en un punto negro de fraude y riesgo vial.
Las trampas de los VTC en el aeropuerto de Barcelona evidencian un fallo en los controles y en la supervisión institucional. Mientras las plataformas defienden que sus servicios mejoran la movilidad, los taxistas denuncian una invasión constante de conductores irregulares que ponen en jaque la seguridad y la igualdad de condiciones.
El salto de bordillos, las barreras forzadas y los accesos indebidos ya no son casos aislados, sino la muestra de que el conflicto entre taxis y VTC sigue más vivo que nunca, especialmente en uno de los puntos más transitados del país: el aeropuerto de Barcelona-El Prat.

































