La Flotilla Solidaria retoma su travesía hacia Gaza tras el parón por el mal tiempo
La Global Sumud Flotilla volvió a partir este lunes por la noche desde el puerto de Barcelona rumbo a Gaza, apenas 24 horas después de su primer intento frustrado por el mal tiempo. La salida, que comenzó de forma escalonada poco antes de las 20 horas, se produce tras el regreso obligado del domingo, cuando la veintena de embarcaciones que integran la expedición tuvo que dar marcha atrás por la previsión de tormentas y fuerte tramontana.
Durante la parada en Barcelona, los organizadores aprovecharon para sellar pasaportes y revisar las embarcaciones, trámites que inicialmente tenían previsto realizar en Baleares. “Queríamos probar cómo reaccionaba la gente navegando y comprobar el estado técnico de los barcos”, explicó el portavoz de la flotilla, Saif Abukeshek.
Objetivo: llegar a Gaza sin entrar en aguas israelíes
La misión solidaria tiene como finalidad romper el bloqueo de Israel en la Franja de Gaza, aunque sin adentrarse en sus aguas territoriales. La intención es alcanzar las playas gazatíes por rutas internacionales, transportando alimentos y medicinas.
Israel acusa de “terrorismo” a los activistas
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, propuso catalogar a los participantes como “terroristas”. Abukeshek rechazó la acusación y denunció que Israel usa esta etiqueta para justificar sus crímenes.
Entre los tripulantes se encuentra el concejal de ERC, Jordi Coronas, quien antes de zarpar declaró estar “muy tranquilo”. “No llevamos armas, llevamos alimentos y medicinas. Si eso es ser terrorista, me siento orgullosamente terrorista”, afirmó.
El “Bribón” se queda en tierra
Una de las embarcaciones, el Bribón, antiguo velero del rey emérito Juan Carlos I, no ha podido sumarse a la travesía por no reunir las condiciones necesarias para cubrir las 1.800 millas previstas. Su capitán, Jordi Coronas, ahora lidera la tripulación del Adara, un barco de mayores dimensiones con unas 30 personas a bordo.
Los organizadores reconocen que la reducción de barcos ha obligado a redistribuir a las tripulaciones, lo que explica el retraso de la salida definitiva.