Barcelona define su estrategia 2025-2030 para acabar con la violencia machista
Barcelona ha presentado la Medida de Gobierno «per a l’erradicació de les violències mascliste (2025-2030)«, una estrategia global diseñada para prevenir, detectar, atender y erradicar la violencia machista, con acciones coordinadas entre la administración pública y las entidades sociales. El plan coloca a mujeres y niños en el centro, incorporando nuevas formas de violencia reconocidas en la legislación actual, como la violencia digital, vicaria e institucional, y asegura la diligencia debida en la intervención de los poderes públicos.
Impulsada por los servicios municipales vinculados a la prevención y atención de la violencia machista, la iniciativa está liderada por la Tenencia de Alcaldía de Derechos Sociales, Promoción Económica, Trabajo, Feminismos y Memoria Democrática, con una coordinación transversal de todos los servicios municipales.
Cuatro ejes de acción
La estrategia se estructura en cuatro líneas de trabajo principales:
Prevención y promoción de una ciudad libre de violencias machistas: incluye acciones educativas, comunitarias y comunicativas para transformar imaginarios sociales y fomentar relaciones igualitarias.
Atención a las violencias machistas: se refuerzan los servicios públicos para garantizar una respuesta integral, especializada y respetuosa con mujeres y niños.
Datos y conocimiento: mejora la recopilación, análisis y difusión de información para orientar políticas públicas más eficaces.
Alianzas feministas: fomenta la participación activa de entidades sociales y ciudadanía, posicionando a Barcelona como referente internacional en la lucha contra la violencia machista.
Para iniciar la implementación de estas medidas, la ciudad destinará un presupuesto superior a 7,7 millones de euros para 2026.
Reconociendo todas las formas de violencia
La estrategia incorpora los avances de la Ley 17/2020, sobre derechos de las mujeres frente a la violencia machista, y de la Ley Orgánica 10/2022, de garantía integral de la libertad sexual. Se reconocen nuevas formas de violencia, como la digital, vicaria e institucional, y se enfatiza la perspectiva interseccional, la diligencia debida de los poderes públicos y la necesidad de estrategias de prevención y reparación integral.
El plan también busca transformar los valores sociales que perpetúan desigualdades y violencias, considerando que la violencia machista constituye una grave vulneración de los derechos humanos con impactos físicos, psicológicos y sociales en mujeres y niños.

































