Así es Hamad Medjedovic, el protegido de Djokovic que soñaba con ser agente del FBI

A sus 22 años, Hamad Medjedovic es una de las figuras serbias más seguidas del circuito ATP: campeón de las Next Gen ATP Finals 2023, discípulo de la leyenda Novak Djokovic y, desde 2025, guiado por el técnico Jorge Aguirre. Su tenis es directo y ambicioso, por lo que si empiezan a acompañar los resultados, terminará por ganar más de un aficionado.

El ‘pupilo’ de Djokovic

Medjedovic irrumpió con fuerza al convertirse en ganador de las Next Gen ATP Finals, derrotando a Arthur FIls, favorito del torneo, en una trepidante final en cinco sets, la primera vez que ocurría en la historia del torneo, algo que no contemplaban las apuestas tenis.

A la vez, conseguía un padrino de lujo para su trayectoria profesional: Djokovic le empezó a aconsejar y lo terminó integrando en sus entrenamientos. De acuerdo con el joven serbio, el 24 veces campeón de Grand Slam le ayudó a cubrir muchos de sus gastos al inicio de su carrera profesional.

Esta temporada ha conseguido un nuevo salto en su carrera deportiva: su primer triunfo frente a un top 10. Daniil Medvedev fue la víctima, camino a la final del torneo de Marsella. Allí, Ugo Humbert le quitó su primer título de la ATP, pero confirmó que su potencia al servicio y su derecha pesada pueden sostenerlo tanto en indoor como en pista dura de cara a las apuestas deportivas.

Personalidad, ambición y un sueño poco común

Fuera de la pista, Medjedovic se reconoce como fan de la UFC, devoto seguidor de Tupac y un enamorado del deporte, en general. También, en una entrevista reciente con la ATP, dejó una confesión que la humaniza: si no fuera tenista, le “encantaría estar en el FBI o algo así”, reconoció el serbio.

La frase encaja con su carácter inquieto y competitivo, y con una manera de entender el juego basada en la iniciativa: quiere ganar metros rápido, abrir la pista con todo el servicio y, si es posible, rematar con su derecha. En los días más inspirados, desborda a su rival, cuando está menos fino, sufre si el partido se alarga y pierde ritmo con bolas altas a su revés, un aspecto que tendrá que ir puliendo con más paciencia en los intercambios para pasar de promesa a estrella.

En el presente del tenista serbio, además, vemos una conexión española: desde este año le entrena Jorge Aguirre, quien fuera preparador del también español Alejandro Davidovich. Con él, pretende una mayor estabilidad en sus resultados y convertir esos fogonazos en constancia, objetivo que pasa por reforzar la fortaleza mental en partidos largos y momentos de presión.

En declaraciones recientes, el serbio ha admitido que aún tiene que madurar para dar el siguiente salto y que, por mucho que venere a Djokovic, parecerse a su ídolo no es posible. El tiempo dirá si se termina asentando en el tenis profesional y escalando posiciones… o se queda como uno de esos tenistas que solo conocen los seguidores más fervientes del deporte.