Un fallo del sistema psiquiátrico deja al borde de la tragedia a una madre en Sants
Los Mossos d’Esquadra han detenido a un hombre de 43 años acusado de intento de homicidio, después de que apuñalara dos veces a su madre en el domicilio familiar situado en la calle del Marbre, en el barrio de Sants. El agresor, con más de una treintena de antecedentes policiales, la mayoría por lesiones y amenazas en el ámbito doméstico, también sufría graves problemas psiquiátricos.
A lo largo del 1 de noviembre, el hombre había sido ingresado de forma involuntaria en un centro psiquiátrico, pero apenas unas horas más tarde fue dado de alta, a pesar de su evidente estado de descontrol. Poco después de regresar a casa, perdió el control y atacó a su madre, según relató su pareja cuando llamó al 112.
Una intervención policial que evitó una tragedia
Los agentes de los Mossos llegaron rápidamente al lugar y entraron en el piso donde hallaron al agresor en un estado de confusión total, abriendo una botella de vino y pronunciando frases incoherentes. La víctima, de 72 años, estaba sentada en el sofá con una herida grave en el abdomen y otra en la pierna derecha, sangrando abundantemente.
Gracias a la rápida actuación de los agentes, que le aplicaron un torniquete para frenar la hemorragia, la mujer logró sobrevivir. Fue trasladada de inmediato por el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) al hospital, donde permaneció varios días ingresada. Según ha trascendido, ya ha recibido el alta médica.
Críticas al sistema psiquiátrico por una alta injustificada
El caso ha reavivado el debate sobre la falta de recursos en salud mental y los protocolos de alta médica en pacientes con antecedentes violentos. El detenido, que ahora se encuentra en prisión preventiva, fue liberado del hospital apenas horas antes del ataque, pese a los informes que advertían de su inestabilidad mental.
Para muchos, este suceso refleja una grave carencia del sistema social y sanitario, que no logra garantizar la seguridad ni del propio paciente ni de su entorno familiar. En este caso, la descoordinación entre servicios médicos y judiciales podría haber terminado en una tragedia irreversible.



































