Reactivado el protocolo

Barcelona reactiva el protocolo «No Callem» para actuar contra agresiones y acosos sexuales en espacios de ocio nocturno

El Ayuntamiento de Barcelona ha firmado hoy el convenio del protocolo «No Callem» con las principales salas, festivales y espacios de ocio nocturno privado de la ciudad para prevenir el acoso sexual y las agresiones sexistas en estos espacios. El consistorio puso en marcha este protocolo en el 2018 y hoy, tras el parón del ocio nocturno a causa de la crisis sanitaria, lo vuelve a reactivar con mejoras y nuevas incorporaciones.

Según la encuesta sobre las violencias sexuales en Cataluña, en 2019 el 33,4% de las violencias sufridas por las mujeres se producían en el espacio público. Para evitar y reducir estas agresiones, y contando con la corresponsabilidad del empresariado del ocio nocturno, el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto a disposición de las salas, festivales y espacios herramientas formativas y comunicativas para garantizar que estos establecimientos dispongan de un personal de sala sensibilizado y formado sobre qué es y cómo actuar ante un acoso o agresión sexual.

El consistorio ha querido aprovechar esta nueva reactivación del protocolo para dar un salto adelante en el servicio ampliando la tipología de espacios. Si hasta ahora se dirigía a locales de la ciudad con programación musical nocturna ya festivales, ahora también se incorporan, de forma piloto, nuevos equipamientos como centros cívicos. Con la firma de hoy ya son un total de 39 espacios de la ciudad adheridos al “No Callem”:

  • 25 salas, algunas de las más emblemáticas como Razzmatazz, Sidecar, Sala Apolo, Luz de Gas, Arena o Plataforma
  • 8 festivales de música como Primavera Sound, Sónar o Cruïlla
  • 6 equipamientos diversos como el Palau Sant Jordi, el Estadi Olímpic, el Poble Espanyol, el Parc del Fòrum o el Centro Cultural Albareda

El convenio que hoy se ha firmado comporta mejoras en el asesoramiento y en la formación de los responsables de aplicar el protocolo y del personal que trabaja en los espacios. Esta formación, impartida por el Ayuntamiento de Barcelona, ​​incluye las acciones de prevención y las instrucciones de detección y atención, y sirve para explicar qué es una agresión, cómo atender a las víctimas y cómo se puede detectar un agresor, y también a exponer cuáles son las derivaciones a realizar, según la voluntad de la persona agredida y el grado de la agresión. Este año, como novedad, se realizarán sesiones presenciales de profundización formativa al personal de los espacios adheridos.

Por otra parte, se mejora la coordinación entre los espacios y el consistorio, es decir, el Ayuntamiento llevará a cabo un seguimiento más exhaustivo de las medidas de prevención del sexismo y de las violencias machistas y LGTBIfóbicas en los espacios adheridos. De este modo, se incrementa el número de visitas de seguimiento a las salas y festivales para apoyar y orientar a las personas responsables ya su personal para la correcta aplicación del protocolo, tanto en la revisión física de los espacios como especialmente en lo que se refiere a la atención de casos de violación y abuso, acoso sexual o por razón de sexo, orientación sexual o expresión de género.

En este sentido, también se ha acordado mejorar el seguimiento y coordinación de los casos, especialmente de los más graves. Esto comporta revisar y comprobar la información de los casos que se denuncien a través de las redes sociales y que impliquen espacios adheridos; atender a las llamadas de las víctimas para informarlas y asesorarlas; recoger semanalmente los datos de los casos reportados por las salas y festivales; y el compromiso de los espacios de informar al Ayuntamiento de Barcelona en un plazo máximo de 36 horas, de los casos sucedidos, especialmente de los graves,

Más allá de estas instrucciones y formación, las salas y los festivales que participan en este protocolo adoptan el compromiso con una serie de acciones de prevención, entre las que se destacan medidas específicas en el control de acceso a la sala como son evitar utilizar criterios discriminatorios o sexistas de acceso a la sala, por ejemplo, precios diferenciados según el sexo o bonificaciones de bebidas sólo para las chicas. También, limitar el acceso a la sala a las personas que se observe que tienen actitudes y comportamientos acosadores o irrespetuosos ya fuera del local.

Además, cada local deberá realizar una evaluación de sus zonas oscuras, escondidas o que faciliten la vulnerabilidad de las personas usuarias y priorizar su vigilancia. También se evitará desarrollar actividades que fomenten la desigualdad de género, por ejemplo, estableciendo códigos de vestimenta obligatorios diferenciados por razón de sexo, o muestren falta de respeto a las personas por razón de género o diversidad sexual.