Marcha lenta de las empresas de autocares para reclamar ayudas para el sector

Marcha lenta de las empresas de autocares para reclamar ayudas para el sector

El transporte discrecional en autobús está prácticamente parado desde mediados de marzo, cuando se declaró el estado de alarma.

Cuando los centros educativos cerraron, se paralizó también el transporte escolar y, a esto, se sumó a la bajada del turismo a raíz de la crisis por el coronavirus.

Venían, además, de meses complicados con la cancelación del Mobile World Congress, y los gastos fijos que tienen que pagar (amortización de los vehículos, cuotas de leasing, mantenimiento, seguros, impuestos, etc.) continúan llegando.

Del aeropuerto al centro de Barcelona

La situación del sector les ha hecho salir en marcha lenta para hacerse ver en las principales ciudades del estado.

La protesta está convocada por Direbus, una de las asociaciones del sector.

Ochenta autocares han salido pasadas las 10:00 horas del Aeropuerto de Josep Tarradellas Barcelona-El Prat en dirección al centro de Barcelona.

Llevan adhesivos con la etiqueta #SalvarelAutocar y tocan el claxon para denunciar que se les está olvidando.

Calculan que este año perderán un 80% de la facturación y que no se recuperarán hasta el 2022. Aseguran que la gran mayoría son pequeñas y medianas empresas y que la administración no las está ayudando.

La FECAV, la Federación Empresarial Catalana de Autotransporte de Viajeros, a pesar de compartir el diagnóstico y las reivindicaciones, no se ha sumado a la protesta porque están en conversaciones con la Administración para encontrar soluciones para salir de la crisis.

Las reivindicaciones del sector

Las empresas que han podido continuar operando, lo han tenido que hacer hasta hoy con una ocupación máxima del 50%, cumpliendo los protocolos de limpieza y desinfección de los vehículos y dotando a su personal de equipos de protección.

Los autocares piden a la Administración una moratoria del pago de los contratos de leasing de los vehículos; la prórroga de los ERTE hasta final de año con las mismas condiciones; la ampliación de los créditos del ICO; la exención del impuesto de circulación para autocares y autobuses o la creación de un fondo específico de apoyo a la movilidad.

También quieren que se les excluya de la aplicación de las medidas de zonas de bajas emisiones, porque, dicen, que el autobús es un transporte público colectivo que contribuye a la reducción de la contaminación y de la congestión de las ciudades.

El sector propone otras medidas, como el alargamiento de la vida de los vehículos que realizan transporte escolar, ya que la posibilidad de invertir en la renovación de la flota en estos momentos resulta imposible.

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