El jurado declara culpable a la pareja que mató al vecino de Baró de Viver

El jurado declara culpable a la pareja que mató al vecino de Baró de Viver

El jurado del crimen de Baró Viver ha declarado culpables por unanimidad al hombre y la mujer acusados de matar a tiros en plena calle en el barrio de Baró de Viver del Distrito de Sant Andreu a Eduardo Colmena. El tribunal popular ha hecho público su veredicto este miércoles y ha tomado la decisión por nueve votos a favor y ninguno en contra, tanto en el caso del hombre como en el de la mujer.

La fiscalía les acusaba de asesinato con alevosía, un delito por el que pedía una condena a 25 años de prisión, y de tenencia ilícita de armas, por el que reclamaba dos años más de prisión. Ahora el juzgado que ha dirigido el juicio debe decidir sobre la sentencia que se les aplicará.

Los miembros del jurado consideran probado por unanimidad que el día 22 de diciembre de 2018, sobre las 22 horas, el acusado disparó en tres ocasiones, en el tórax y en la cabeza a la víctima, con la intención de acabar con su vida. La acusada siempre ha negado que llevara el arma, pero el jurado argumenta que está probado que estaban juntos y concede «total credibilidad» a los testigos protegidos 3, 4, 5 y 6, que expresaron en el mismo sentido que la mujer le entregó el arma y le dijo que lo matara.

Argumentan que hubo culpabilidad con alevosía por parte de los acusados, ya que, con la anuencia de la mujer, el acusado disparó a la víctima cuando se dirigía a comprar al supermercado. Ante el ataque «fulminante» la víctima no pudo defenderse.

Concluyen que el acusado reconoció haber adquirido el arma dos días antes y llevarla cargada y que los disparos se hicieron «a bocajarro, entre 80 y 100 centímetros».

También se pronuncian sobre el arma utilizada, apta para disparar balas del calibre 38 especial y que estaba en buen estado de conservación. Ni el acusado ni la acusada tenían licencia de armas. El único campo donde el jurado no ha actuado por unanimidad ha sido en cuanto a la suspensión de ejecución de la pena y el indulto. Ocho de los nueve miembros del jurado han votado contra la suspensión de ejecución de la pena y contra el indulto.

Fiscalía y acusación han confirmado que piden las penas solicitadas en el escrito, las máximas señaladas para cada uno de los delitos «por la frialdad de ánimo, el clima amenazante y la premeditación necesaria». Las defensas han pedido las penas mínimas para el asesinato.

El asesinato produjo indignación en el barrio, hasta tal punto que tras una concertación de repulsa convocada al día siguiente unas 200 personas se dirigieron a la vivienda de los imputados, que habían huido a Almería por temor a represalias, y le prendieron fuego. La ira se apoderó de los vecinos porque días antes del crimen la víctima había denunciado ante los Mossos presuntas amenazas de muerte y la policía, en su opinión, no actuó de forma contundente y no detuvieron al ahora condenado.

Eduardo Colmena estaba casado y tenía una niña de dos años y medio cuando recibió tres disparos en la cabeza y en el tórax mientras paseaba a sus perritas en la plaza de Baró de Viver.

También era el coordinador del club de lucha grecorromana del barrio donde muchos jóvenes acudían para hacer deporte y alejarse de algunas malas compañías de la zona.

Sus vecinos después de su trágico asesinato lo recordaban como un “héroe”, capaz de enfrentarse a los clanes más poderosos y peligrosos. Desde hacía años que tenía mala relación con dos miembros del clan de Los Pistolas que se cobraron su venganza.

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