Más control de la Urbana a los horarios de cierre, triciclos, robos y botellones durante el verano
La Guàrdia Urbana de Barcelona ha puesto en marche el dispositivo especial de verano, que durará hasta mitad de septiembre, con el objetivo de asegurar los niveles de movilidad, convivencia, civismo y seguridad en la ciudad. La policía municipal trabajará de forma conjunta con los Mossos y el resto de servicios municipales.
La Urbana controlará los ruidos generados tanto por los locales, como por el uso de instrumentos musicales en la vía pública.
Se prestará especial atención a conductas que degraden visualmente del entorno urbano como son los grafitis o pintadas. Además, habrá un mayor control en los horarios de cierre, control de las terrazas, a los posibles excesos de aforo y a las molestias relacionadas con las viviendas de uso turístico. Se incrementará la vigilancia en las asociaciones y clubes cannábicos.
En cuanto a la seguridad ciudadana, se trabajará conjuntamente con los Mossos d’Esquadra para prevenir los hurtos, robos con violencia y tirones, manteniendo los dispositivos de seguridad ciudadana en el marco del Plan de Acción Tremal de lucha contra la multirreincidencia.
Con la perspectiva de trabajar desde la prevención de las violencias sexuales en el espacio público, la Guardia Urbana establecerá puntos de protección de los espacios donde se pueden cometer este tipo de agresiones o acoso.
Otro de los objetivos será aumentar la seguridad vial y reducir la siniestralidad por lo que se incrementarán los controles de alcoholemia, drogo-test y de velocidad.
Se reforzará el control de los vehículos de movilidad personal de uso comercial, en especial los triciclos, conocidos como bicitaxi, que circulan en la ciudad. Sobre todo, en aquellas zonas que pueden generar una distorsión en la vida de los vecinos y vecinas.
Por parte del Ayuntamiento se ha pedido a la Generalitat, que tiene plena competencia en materia de transporte de pasajeros, a prohibir la actividad económica de los bici-taxis. Esta actividad genera una problemática en la ciudad en términos de circulación y ocupación del espacio público y pone en juego la seguridad de los pasajeros, de los conductores y del conjunto de los peatones. Estos vehículos están realizando una actividad de transporte de personas, y para llevar a cabo esta actividad sería necesaria una regulación del transporte de pasajeros inexistente.
Más control de la Urbana a los horarios de cierre, triciclos, robos y botellones durante el verano
