Barcelona analiza el movimiento migratorio en tiempos de pandemia

Barcelona analiza el movimiento migratorio en tiempos de pandemia

La Oficina Municipal de Datos (OMD) del Ayuntamiento de Barcelona ha realizado el informe El movimiento migratorio de Barcelona en tiempos de COVID-19, que permite hacer una primera lectura provisional y aproximada a través del padrón municipal de habitantes de las personas que han dejado de estar empadronadas en la ciudad durante los primeros nueve meses de 2020 y la tipología de municipios que han elegido como destino para ir a vivir.

El documento, elaborado por el Departamento de Estadística y Difusión de Datos de la OMA, ya alerta de las dificultades de la lectura del padrón a corto plazo. Aclara que el padrón municipal es un registro administrativo cuya gestión corresponde a los ayuntamientos.

Se actualiza de manera permanente a partir de los movimientos de altas y bajas consignados, pero no ofrece una visión fiable de la evolución en tiempo real de la población porque hay una serie de movimientos que se incorporan con retraso y periodicidad irregular.

Es por ello que el informe incorpora los datos hasta finales de septiembre, el mes en que, a la hora de escribir el documento -febrero 2021- los movimientos padronales se pueden dar prácticamente por consolidados.

Además de estas irregularidades derivadas de la propia naturaleza administrativa del padrón, hay otros elementos que distorsionan las lecturas simples del padrón y que se han visto agravadas durante este 2020, año en que los registros administrativos funcionaron bajo mínimos durante los meses de confinamiento. Habrá que esperar los próximos meses para constatar si estos datos y tendencias se consolidan.

La ciudad ha roto la tendencia ascendente de los últimos años y está perdiendo población

De enero a septiembre de 2020, se invierte la tendencia de años anterior y Barcelona pierde población: el número de personas empadronadas en Barcelona se reduce en 13.094 personas. Se observa pues como se interrumpe la tendencia alcista del último quinquenio. Esto sitúa la población estimada en Barcelona el pasado 1 de octubre en 1.653.678 personas.

Este saldo negativo es resultante del movimiento vegetativo y el migratorio.

En cuanto al crecimiento vegetativo, la sobre-mortalidad que es una de las caras más visibles de los efectos de la pandemia, será analizado en el informe anual de la población de Barcelona que realiza habitualmente el Departamento de Estadística y Difusión de Datos.

En cuanto al movimiento migratorio, que es el objeto de este informe, se hace patente el fuerte sacudida que supuso el confinamiento, cuando los registros (donde formalizar bajas e inscripciones del padrón) prácticamente dejaron de funcionar. Cuando se volvió a operar con una cierta normalidad, la acumulación de trámites desembocó en rebotes al alza tanto de la emigración como de la inmigración, con la novedad de que la emigración quedó por encima de la inmigración. Es decir, el saldo migratorio pasó a ser negativo.

El componente migratorio ha virado de signo y la emigración es superior a la de años anteriores

Desde junio -cuando los registros recuperaron cierta normalidad una vez se había levantado el confinamiento domiciliario y se habían relajado las restricciones de movilidad-, hasta octubre la emigración ha aumentado en Barcelona un 8% en comparación con el mismo período del año anterior, mientras que la inmigración ha descendido un 43,7%. En datos absolutos, en el periodo considerado han emigrado de la ciudad 28.152 personas y han llegado 23.469 inmigrantes.

Se incrementa la preferencia hacia municipios con poca población

La emigración en Cataluña es diferente de la de años anteriores y se incrementa significativamente la preferencia hacia municipios con poca población y fuera del área metropolitana de Barcelona.

En los últimos meses, se observa un cambio cualitativo en la preferencia de los emigrantes de Barcelona hacia municipios con poca población. Se constata que la emigración hacia los municipios pequeños ha ganado peso durante la pandemia.

En concreto, para analizar el comportamiento migratorio de estos últimos meses se han agrupado los municipios de Cataluña en cuatro grandes tramos según población y provincias y donde se detectan marcadas anormalidades y la rotura del patrón migratorio es en los municipios de menos de 5.000 habitantes de las cuatro provincias de Cataluña.

En cuanto a los otros tres segmentos, las anomalías son también significativas en los municipios de hasta 50.000 habitantes en la provincia de Tarragona, y hasta 20.000 habitantes en las de Barcelona y Girona.

Los municipios de destino atípico

Hay municipios de tipología diversa, algunos de ellos con un marcado perfil de municipio turístico o de segunda residencia como l’Escala, Sant Pol de Mar o Roda de Bará, pero otros residenciales como Sant Adrià de Besòs o Sant Cugat del Vallès. Como se ha hecho patente en el Mapa abundan los municipios costeros, pero también los hay de interior como Bellver de Cerdanya o la Pobla de Segur.

En esencia, esta migración dentro de Catalunya parece protagonizada por personas que han dejado Barcelona para ir a vivir en una segunda residencia o en la casa familiar. El confinamiento y las restricciones a la movilidad intermunicipal se han aliado con la expansión del teletrabajo, de la educación a distancia o de las compras por Internet y han facilitado a un segmento de población que dispone de buenas conexiones -Internet y vehículo- un replanteamiento de su empadronamiento. No implica que dejen de vivir realmente en la ciudad, sino que la facilidad para trabajar y disfrutar de ocio a distancia alimenta un uso muy fluido entre la ciudad y el municipio pequeño de la segunda residencia.

Esta emigración diferencial proviene de zonas con un nivel de renta entre medio-alto y alto
Una vía de aproximación al perfil de las personas que han causado baja en el padrón de Barcelona y se han inscrito en algún otro municipio de Catalunya es analizar los flujos según los barrios de origen de los emigrantes.

La emigración diferencial en tiempos de pandemia proviene esencialmente de zonas con un nivel de renta entre medio-alto y alto.

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