Barcelona adapta el sistema de alcantarillado y drenaje, clave de la emergencia climática
El nuevo Plan Director Integral de Saneamiento (PDISBA) se plantea como herramienta de resiliencia urbana a 80 años vista para hacer frente a los grandes retos que plantea la actual situación de emergencia climática.
En el plan se replantea la infraestructura de drenaje y alcantarillado para dar respuesta a grandes retos de futuro como son el aumento de temperatura, la menor disponibilidad de agua, más inundaciones derivadas del incremento de la frecuencia de fenómenos torrenciales y el retroceso de las playas.
La mejora del alcantarillado y de los depósitos de la ciudad permitirá reducir en un 50% los riesgos en futuros escenarios de lluvias teniendo en cuenta las proyecciones de cambio climático en el modelo de precipitaciones.
Permite aumentar la seguridad para peatones, tráfico rodado, bienes y actividades comerciales.
Se prevé construir 200 km nuevos de red local de alcantarillado, 38 km nuevos de red primaria de gran capacidad y multiplicar por 4 el número de depósitos actuales, pasando de 12 depósitos a un total de 66, repartidos de forma estratégica en toda la ciudad.
Se dotará a la ciudad de 180 hectáreas de sistemas de drenaje urbano (SUDS) para gestionar el agua pluvial en origen y aligerar la carga del alcantarillado.
El PDISBA incorpora el análisis del coste beneficio de las actuaciones en el que se señala un beneficio neto de 55 M cada año por los daños que se evitarán sobre las personas, los bienes y el medio ambiente en la ciudad.
Barcelona adapta el sistema de alcantarillado, clave de la emergencia climática